sábado, 21 de marzo de 2009

DESLUMBRADORES


Para Maykel, a propósito de su partida y su vuelta de la ciénaga; no puedo decir mas que lo que me dije a mí mismo.

Deslumbradores gozos de un instante
Que parecéis abrir a un mundo claro,
Cuántas veces creí que a vuestro amparo
Descansaría el corazón constante.

Fugaz, iluminada y anhelante,
Rendía el alma yo a vuestro disparo.
Qué luminoso vuestro falso faro,
Qué embriagadora vuestra faz fragante.

Corazón, si me escuchas, no te pares
A contemplar de nuevo sus fulgores
Ni por su dulce luz me desampares.

Mira: descansa ya de tus clamores;
Cambia de rumbo. Ve por nuevos mares
Y busca en el silencio tus amores.

7 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Magnífico soneto.
Un abrazo.

Animal de Fondo dijo...

Javier, bienvenido y gracias por tus palabras.
Otro abrazo para ti.

Joselu dijo...

¡Qué bien encontrarte de nuevo por aquí! El soneto está muy bien conseguido pero no sé si entiendo muy bien la idea central del mismo. Más allá del gozo del instante, el corazón ha de buscar el amor en otra dimensión. ¿Es así? Tendríamos que hablar de ello. El soneto es hermoso y sugiere un estilo clásico que lo hace equilibrado y sereno.

Animal de Fondo dijo...

Gracias Joselu, por tu fidelidad paciente. A lo largo de esta temporada en que he estado perdido -me iré recuperando poco a poco- no sabes cuántas coincidencias he encontrado en tus escritos entre tu vida y la mía, a veces con coincidencias asombrosas; a ver si tengo ocasión de comentarlo; siempre, eso sí, con más serenidad por tu parte.
En cuanto al soneto, quise decir que hay muchos fuegos de artificio que nos arrebatan a veces, y que nos hacen pensar que hemos encontrado lo que buscábamos; sin embargo, lo verdaderamente bueno para nosotros no suele ser tan deslumbrador; están las inquietudes que siempre he intentado reflejar: interés por lo permanente frente a lo fugaz, por la sencillez frente a lo adornado, en definitiva, Azorín frente a Carpentier (y eso que me encanta Alejo Carpentier). Es, en la frase de Cervantes (o de Azorín, ya no lo recuerdo), la contraposición entre el fuego y el oro frente a la sobriedad y la plata. Tal vez la posibilidad del amor está más en esa mirada que no nos llamó tanto la atención al primer vistazo. La mirada que decía "todo lo que yo callaba".
Un abrazo afectuoso, Joselu.
¡Gracias!

Joselu dijo...

Me entusiasmó Alejo Carpentier. Hace años que no lo leo. El tiempo es escaso para todo, incluso para seguir blogs que tienen densidad. El problema es entre el ser y el estar, un viejo problema. Pero la voracidad de la vida que nos obligan a vivir nos impele al estar antes que al ser. Envidio a los antiguos chinos. Llegados los cincuenta años se ponían a meditar en fumaderos de opio donde tenían lugar sus meditaciones. Mi mundo es más de meditación que de acción que la dejo para otros más implicados. Ser y estar, dos modelos de vivir. Un abrazo.

Maykel dijo...

Qué justo! Se ha de buscar en el silencio, sí, y a las ciénagas iremos por la dentellada de la circunstancia para descubrir luego que el viaje no fue baldío, que es menester arriesgarse, que todo riesgo es ganancia... Pero no fui a Playa Larga, ni iría nunca a otras ciénagas por más fango para levadura de mis silencios.
Ya prefiero el silencio.
Y gracias, amigo, por este soneto tuyo que me sirve como traje propio.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Hermoso, ¿algún anuncio?, un abrazo