viernes, 22 de mayo de 2009

¿POR QUÉ ROBAMOS MÉDICOS?

Leo en Desde Cuba la reflexión de Fidel "Las señales inequívocas". Dice: "Cuba no roba cerebros ni sustrae médicos de otros pueblos en detrimento de los servicios de salud y la pérdida de incontables vidas, como hacen Estados Unidos, el Reino Unido y otros países desarrollados y ricos." Y, como siempre, en un comentario lateral que parece anecdótico en su artículo, desvela un pensamiento exacto. Veo, en España, multitud de médicos que acuden aquí desde sus países subdesarrollados, donde nacieron y se formaron. ¿Cuántas muertes provoca allí la estancia aquí de esos médicos? ¿Pensamos, cuando nos atienden en un consultorio, en el profundo desastre de esa situación?
Un país pobre tiene que invertir ingentes recursos para formar un médico. Y si luego ese médico se va, deja tras de sí un amargo vacío de enfermedad y muerte. ¿Podemos confiar en una vocación así? ¿Nos damos cuenta de en qué manos ponemos nuestras vidas?
Por lo común, me aterroriza que mis hijos enfermen o enfermar yo mismo. Siempre que eso ocurre, me espera una larga cadena de comprobaciones y desconfianzas, leyendo los folletos que acompañan a las medicinas para detectar las incompatibilidades y los efectos secundarios de lo que, a veces, alegremente nos recetan. Tengo la suerte de contar con un seguro médico que me permite la libre elección. Pues casi siempre me veo obligado a elegir la sanidad pública, porque prefiero que me traten con cierta desidia a ver en los ojos del médico el interés del hambriento frente al corral de gallinas; lo he visto ya demasiadas veces. Cuando nacieron mis hijos, en la sanidad privada, ni aún haciendo valer las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud conseguí, no ya que se cumplieran, sino evitar las más desacertadas y a veces humillantes prácticas. ¿Por qué nuestras mujeres no hablan? ¿Porque no leen, porque no saben?
Robamos médicos a los países pobres, sí, pero me temo que ambos, los que mueren allí y los que morimos aquí estamos pagando un alto precio por el robo.

6 comentarios:

Joselu dijo...

Es la inexorable ley del mercado. Estos médicos de países subdesarrollados emigran a países donde reciben mejores -mucho mejores- salarios. Éticamente es muy cuestionable tanto por parte de los profesionales que se van como por los países que los atraen, pero la ética no es la que domina en las relaciones humanas. Vivimos en un mundo en que se valora cada vez más el propio interés frente al colectivo, la solidaridad se entiende que ha de practicarla el estado, y la compasión hacia el hundido ya no se estila. Tenemos duros caparazones que nos blindan frente a los problemas de conciencia. El mundo es ansí.

Te quería proponer que colaboraras en un homenaje que estamos haciendo a Mario Benedetti, un poeta amigo de Cuba, como bien sabes, y solidario. Puedes escoger algún poema o utilizar alguno de los que he enlazado en un wiki que he creado para la ocasión. Se trata de poner tu voz y grabarlo. No es difícil y pienso que puede ser una experiencia interesante de colaboración entre blogueros. Me encantaría verte entre los colaboradores. El wiki está en HOMENAJE A MARIO BENEDETTI. Un abrazo.

Animal de Fondo dijo...

El mundo es ansí, Joselu, pero tendrá, tendremos que cambiar.
Como apenas he leído a Mario Benedetti ("¿Es usted autodidacta?: Su maestro es un ignorante") este fin de semana leí algo y grabé uno de sus poemas largos, "Habanera". Después intenté editar la grabación, ya que había repetido alegremente un trozo para corregir un error. La edición fue un desastre; al final lo perdí todo. Intentaré hacerlo de nuevo; tu invitación me honra.
Un abrazo.

odette farrell dijo...

Yo acabo de emigrar Fmesmenota... así que me sentí aludida. En nuestro caso mi esposo es arquitecto, ha trabajado en México al menos 25 años, los despachos en los cuales el trabajó ganaron concursos y proyectos gracias a el, se hicieron aún más ricos... y nosotros? Ni siquiera teníamos sanidad pública. No contamos con jubilación, ninguna prestación, solo un salario que apenas nos permitía medio vivir. En la pintura yo estaba igual, ninguna prestación.... nuestro sueño era emigrar. Se que suena egoista pensar en el propio interés, pero es así, tenemos hijos y no queremos ser carga para ellos cuando estemos viejos y no contemos siquiera con una pensión.

Emigrar no es fácil, queda uno con el corazón partido... yo aún no encuentro un estudio donde pintar, pero lo conseguiré, ya verás, y seguiré mi camino como pintora a pesar que ahora todo está en contra mio...

Animal de Fondo dijo...

Querida Odette: Pues siento mucho que te sintieras aludida, no fue mi intención extrapolar mis pensamientos a casos como el tuyo. Es más, creo sinceramente que tu caso no tiene nada que ver con lo que expongo, así que sin duda me expresé mal.
México me parece un país inmerso plenamente en el capitalismo. Donde un médico puede hacer el bien -también en mi modesta opinión- es en la sanidad pública, de hecho no comprendo la razón de ser de la medicina privada. La vida y la muerte me parecen poco frívolas como para que puedan depender del dinero que uno tiene.
Así que comprendo tus razones para emigrar y las comparto. No conozco el Reino Unido, pero siento cierta admiración por él, por esa gente que hace ya muchos siglos supo poner límites claros y precisos a la estirpe real. De hecho, creo que su democracia y la nuestra no tienen nada que ver y que, como algunos jardines ingleses, es necesario regarlos y cortarlos durante doscientos años para empezar a hablar del tema.
En cualquier caso, te pido todas las disculpas que sea preciso.
Un abrazo.
PD. Me dices que ahora todo está en tu contra. Tú lo sabrás mejor que yo, pero desde luego, en mi posición no es lo que percibo. En cualquier caso, mucha suerte, que lo demás, talento y tesón, ya lo tienes.

Nefertiti Totonaca dijo...

Así es... desafortunadamente los médicos emigran y a veces se denigran por dinero.
Triste pero contados los médicos que están por vocación y que se quedan en su país para verdaderamente ayudar y sanar a la gente local. Con decirte que viviendo en el país de "la libertad", todos los colmilludos médicos me sugerían ciertos tratamientos extremos para sanar ciertos malestares. Decidí regresar a México a atenderme, y este año a seguimiento, parto en una semana.
Les ví en los ojos ése canijo interés del billete, te aseguran que es la mejor opción, que castrarte está de moda y al fin y al cabo, vas hacia los 40 y nada sirve. Qué mentalidad, que ansia de hacerse de dinero y qué falta de ética.
En fin...

Animal de Fondo dijo...

Es verdad, Nefer, a veces esas miradas aterran, no sé cómo no se dan cuenta ellos mismos de la evidencia tan fuerte que nos muestran.