Carta abierta a Maykel González Vivero
Una vez agarré con fuerza el bastón cotidiano de mi abuelo muerto y cerré los ojos. "Ahora yo soy mi abuelo", pensé. Desde ese día creo en la identidad de todos los seres humanos. Más que de seres idénticos, en palabras de Borges "hablo del uno, del único, del que siempre está solo". Creo en la existencia de un único ser humano. Desprovisto de mi historia, de mi memoria, sujeto a la sola percepción del bastón en mi mano, creí ser mi abuelo, pero fui un hombre cualquiera agarrado a un bastón, fui todos los hombres.
Pasados los años, he reforzado esta inicial intuición muchas veces; otros se fijan en la diversidad, yo miro lo unitario. Cuando intenté desentrañar lo esencial del budismo, me pareció ver confirmada esta apreciación. No es que nos reencarnemos en uno, es que nos reencarnamos en todos porque somos todos o somos uno, da igual. En esa unidad esencial, que es Parménides y es Heráclito y es tal vez Platón, podemos aspirar a la verdadera inmortalidad: mientras un hombre esté vivo, estaremos vivos, Maykel. Seremos el que percibe. Ojalá, en esa breve eternidad que nos espera, nunca nos toque ser "The smyler with the knyf under the cloke" o, en la versión original, "E con gli occulti ferri i Tradimenti".
Me has enseñado tantas cosas en tan pocas palabras, Maykel, que no me resigno a esperar que las desarrolles, que las escribas. Una vez más diré que yo me creía que toda Cuba, tal como la vi, había nacido en 1959. Desconocía que era la encarnación del "imposible" construido con sangre y pensamiento derramados a lo largo de dos siglos. Tú me lo hiciste ver.
¿No existirá, Maykel, al igual que existe un solo hombre, una sola patria universal? Lo pregunto porque también me desvelaste una conciencia de filiación a un lugar que no es tal lugar, sino una construcción de la mente. Una construcción que nos permite adherirnos, siguiendo su hilo conductor, a esa patria elaborada con el esfuerzo de tantos. Tú conoces a esos forjadores del alma y te escribo hoy para pedirte que la expliques, que la desarrolles, que nos muestres caminos a recorrer. Estás trabajando, según dijiste, detrás de una maraña de cables de agencias de prensa. Tendrás que ingeniártelas para, a través de eso o más allá, aportarnos tu visión de la continuidad y de la discontinuidad. Hablemos de Zenea, de Casal o de Luz, de lo que quieras. ¿Recuerdas el consejo de Ernesto Cardenal?: "Vuelve y da testimonio".
Ojalá dentro de unos años los que sean mis nietos pasen por esta página del blog y se digan entre ellos: ¿Quién sería este Maykel que se hizo amigo del abuelo sin llegar nunca a verle la cara? Y ojalá escuchen entonces la respuesta que hoy les adelanto: "Schhhh... mirad allí... ¿lo veis en aquél grupo? No hagáis ruido... no los distraigáis... son los que tejen el alma de la patria..."
7 comentarios:
No sé si entrar -y en primer lugar- en esta carta con destinatario claro e inequívoco de quien esperas respuesta. Espero que el diálogo sea fecundo. Tu propuesta me es cara e interesante. Ya conoces mi atracción por el budismo. Sé que en los estados de meditación, la mente, siempre inquieta, se debate entre el mundo de las apariencias y los accidentes. Sin embargo, en los momentos de mayor quietud -que llegan tras horas y horas de inmovilidad o movimiento- la mente se serena y observa que todo es transitorio e inestable, que todo pasa, como las nubes atraviesan la cumbre de las montañas y no la alteran. La identidad, el yo, el ser son ilusiones, carecen de noumeno, de entidad. Sólo existe la conciencia que si llega a serenarse -lo que es difícil- observa y no juzga. Nuestras pasiones y sentimientos son las olas del mar, pero debajo de la tempestad, en las profundidades, hay quietud. En este sentido puede que todos los seres humanos y seres vivientes participemos de una misma identidad o no identidad, todo está conectado por relaciones de causalidad, nadie vive encerrado en un capullo. El problema es salirse de ese encadenamiento causal, el karma, para alcanzar el dharma sin quererlo alcanzar. El deseo nos hace desdichados pero está tan enraizado en los seres humanos... Todo es uno, el universo es totalidad y cuando la mente lo percibe se alcanza un alto grado de meditación y serenidad. Disculpa estas reflexiones, que no sé si contribuyen al debate que deseas. Un cordial saludo.
Pues si... ya lo sabemos Animal de Fondo, hay quienes nacen con una estrella y hay otros que tienen para si todo un firmamento... El parece de esos, de los llamados a perdurar, a pesar del tiempo, y sus errores. Ojalá jamás pierda la fe ni las ganas de mostrar esa parte de la isla que pocos podemos alcanzar ,quisas por prejuicios, falta de sensibilidad o el exceso de consignas y frases hechas con el que crecimos desde siempre.... Ipulsarlo nos tocará a ti, a mi, a sus lectores de siempre y sus comentaristas y crítico de todo cuanto hace....Tus nietos deberán pasar por aqui,y todo el que deba aprender de esta isla y su maldita suerte de estar toda rodeada por tanta agua... Maikel es de esos a los que el cielo no le alcanza... él se ha llevado consigo, todas sus estrellas.
Yo creo fielmente en las amistades epistolares.... hermosa tu carta a Maykel. Gracias por compartirla.
es muy hermosa tu carta a Maykel. Ya desde hace un tiempo averigué que vuestra amistad es profunda y espero que perdure.
no quiero entrar en profundidad en la carta, pero debo hacerte una pregunta, pues estando de acuerdo en lo que dices del hombre único, de lo cual no he reflexionado mucho pero tengo tiempo pues soy jóven. Yo me digo que antes sí, eramos uno, ahora no sé. Eramos uno en Cuba en el 59, en Francia en el 68 y eramos uno cuando al gente tenía capacidad de pensar. La persona no era lo importante, era el conjunto lo importante (respetando siempre los derechos individuales como puede ser la libertad y el respeto), pero hoy en día es igual ante la visión de que lo importante es el egoísmo?
Otra pregunta más simple, puede ser que la foto que nos presentes esté tomada en Cádiz, en la ensenada de Barbate? Yo hice un viaje a pie por las playas de Cádiz y esa torre y esos árboles y esa vista me recuerda mucha a una misma imagen que ha quedado guardada en mi mente.
Para acabar, hace un tiempo que estoy perdido y no prometo leerme lo que has escrito, pues el esclavismo me ha hecho prisionero, salvo la entrada sobre la Neutralidad en la Creación Artística, pues el título me atrae.
feliz año nuevo y un abrazo
eloi
Joselú y yo pensábamos en lo mismo mientras leíamos tu carta. Qué interesante. La unidad...
Bello escrito, paso después de una larga ausencia a ponerme al corriente. Muchas gracias por la visita :)
¿Abandonaste el blog?.Se te echa de menos.Saludos.Inés.
Mil perdones a todos por esta etapa en la que estoy ausente. Otras cosas acaparan mi atención.
Debo, además de disculparme con vosotros, decir que el último comentario de Inés me ha hecho copiar un viejo artículo de revista, al que he expurgado un poco, solamente para mostrar que no estoy, pero que no abandono. Por eso voy a publicarlo ahora.
¡Gracias a todos!
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