No conozco ningún trabajo intelectual de valía cuya génesis haya venido motivada por el deseo de ganar dinero. Cuando los escritores, los pintores o los músicos consiguen una obra digna de perdurar, esta obra siempre ha nacido de la necesidad de expresión de su autor y, generalmente, también de su amor a la humanidad. Si esta obra ha producido dinero, ha sido siempre después y por añadidura. Así que el primer concepto que quisiera dejar meridianamente claro es que no puede ser de otra forma que las obras que son cumbres de la comunicación entre los seres humanos -y no otra cosa son las obras de arte, ni pueden ser otra cosa- se hacen para ser vehículos de esa comunicación, para expresar las inquietudes, las ansias, las pasiones, los anhelos espirituales de sus autores.
Pensemos en Cervantes soldado y recaudador, en Quevedo diplomático, en Garcilaso soldado también, en Bécquer, en Juan Ramón. Pensemos en Velázquez, pintor de cámara, en Rembrandt, en Murillo; pensemos en Beethoven dando clases de piano; pensemos en Mozart, servidor del arzobispo; pensemos en Cezanne, modelo de artista fracasado para Zola, en Picasso, en Matisse. Tan en contradicción está generalmente la posibilidad de ganar dinero mediante una obra artística, que ya en este blog comentamos un día el sensato consejo de Matisse: para quien quiera ser un buen pintor lo más aconsejable es que viva de otra cosa. Así será libre. No sólo es un problema social. Es un problema interno del artista.
Ahora sintonicemos una emisora de radio musical española. Nos sorprenderá la ínfima calidad de lo que escuchamos. Las letras de las canciones se limitarán a expresar conceptos banales, sin la más mínima elaboración intelectual. En la parte musical, aparecerá generalmente un solo tema simple, repetido y repetido hasta la saciedad. Estructura, contraposición de temas, desarrollo, estarán ausentes. Es que no se programa lo vanguardista o lo de esmerada elaboración. Se programa la música de quien invierte dinero para conseguir que se escuche. Cuando una empresa dedicada al "negocio de la música" captura a un "artista" imposibilita, por definición, que esta persona capturada sea artista de veras. Este autor ha de ser programado para producir dinero, no para producir arte. Por tanto, se le exigirá una docilidad suma para trabajar a destajo en producir este dinero que se le pide como finalidad última de su trabajo. Así, sin libertad, es imposible crear nada que tenga un poco de valor.
Vayamos a una librería española. Ni siquiera encontraremos ya ediciones de los clásicos; la mayoría de los libros que se ofrecen al público se renovarán cada tres meses. Es literatura de consumo, deleznable, escrita por encargo con la intención de dar rentabilidad. No hay que esperar tres años para que sea olvidada. Simplemente a los tres meses de su publicación estará olvidada para toda la eternidad.
Quiere esto decir que la concentración de dinero en manos de unos pocos rompe la "neutralidad" de la creación artística. Estos pocos, que aparecen como garantes o beneficiarios de los "derechos de autor", distorsionan la creación, poniendo en el primer plano de la atención -mediante la inversión de dinero en publicidad y en mordaza- a los autores dóciles y dejando por tanto sin posibilidades de difusión a los verdaderos creadores, a los verdaderos artistas, que tienen, como siempre que conformarse con la frase: "si no es este mi siglo, todos los otros lo serán".
Todo lo dicho hasta ahora puede aplicarse, como es natural, a las diferentes disciplinas. Por citar dos de ellas, se produce una televisión que muchos renunciamos a ver, porque no es baja calidad, ínfima calidad ya, es que es imposible encontrar nada digno de invertir el tiempo que precisa su contemplación. En el cine español ocurre lo mismo: se califica de grandes artistas a directores francamente ridículos, que son la expresión filmada de lo convencional y de lo burdo. Todo como resultado de lo mismo: la falta de neutralidad.
En el reciente Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Robert Kraft ha reconocido a la música cubana como la mejor del mundo: "He escuchado mejor música en tres días aquí que en todo un mes en Los Ángeles". Ya lo sabíamos. La música cubana se elabora como un fin en sí mismo, sale directamente del espíritu de los artistas, y si alguna vez estos artistas ganan dinero con ella, eso es por añadidura. Es el único modo de hacer buena música. Sin embargo, hace más de un año me empeñé en comprar en España dos discos compactos: "Doce boleros míos", de Marta Valdés y "Por la Habana", de Miriam Ramos. No lo he podido conseguir.
Celima Bernal escribe una sección en el periódico Juventud Rebelde que nunca dejo de leer. Se llama "Palabras que van y vienen". Su autora, me consta, no cobra nada por sus artículos; sin embargo, están hechos con tanto amor a sus semejantes, que cada nuevo escrito es un aire fresco que llega hasta el alma desde su lejana ciudad. Como Celima, Gabriel García Márquez podría vivir de su trabajo de escritor aunque se suprimiera el papel, las editoriales o los periódicos. Escribe con tanta calidad, que es imposible que lo haga por dinero. El dinero llega por añadidura.
Celima Bernal escribe una sección en el periódico Juventud Rebelde que nunca dejo de leer. Se llama "Palabras que van y vienen". Su autora, me consta, no cobra nada por sus artículos; sin embargo, están hechos con tanto amor a sus semejantes, que cada nuevo escrito es un aire fresco que llega hasta el alma desde su lejana ciudad. Como Celima, Gabriel García Márquez podría vivir de su trabajo de escritor aunque se suprimiera el papel, las editoriales o los periódicos. Escribe con tanta calidad, que es imposible que lo haga por dinero. El dinero llega por añadidura.
Nos amenazan repetidamente con que "en cinco años desaparecerá la cultura". Yo me atrevo a pedir desde aquí que se acorte, si fuera posible, este plazo. Porque es necesario que desaparezca cuanto antes esta cultura "protegida" para que podamos de una vez disfrutar con tantísimos creadores gozosos, que trabajan y tienen vocación, formados, diligentes, creativos, que están ahora ocultos, que necesitan el espacio que ocupan los representantes oficiales de esa "cultura" que siempre ha sido y será un producto cheli, macarra, más digno de lástima que de protección.
PD. Queda por analizar si nuestra "democracia occidental" difiere en algo del panorama artístico aquí descrito.
PD. Queda por analizar si nuestra "democracia occidental" difiere en algo del panorama artístico aquí descrito.
17 comentarios:
En África, durante centenares o algunos milenios, ha habido producciones artísticas, no llamadas así porque no existía la concepción del llamado "arte". Había máscaras, exvotos, fetiches, representaciones teatrales, griots que contaban historias y que legaban una tradición ancentral por medio de fábulas o cuentos. A eso nosotros ahora lo llamamos cultura oral, literatura de transmisión oral, artesanía o verdadero arte. Estas figuras inspiraron a los surrealistas por su capacidad de captar lo oculto, lo misterioso, esas capas incógnitas del ser humano. Nadie ganaba dinero con ello. Recibía el reconocimiento de la comunidad de sus contemporáneos y la ligazón con los antepasados que formaban también parte de la sociedad. No había derechos de autor. Todo pertenecía a la comunidad. Los niños aprendían de los narradores y a su vez contarían algún día estas historias a sus hijos. Esto es cierto, como lo que dices de la cultura y la música cubana. O sin ir más lejos en Irlanda. En cualquier pub a partir de las nueve de la noche hay músicos anónimos que a cambio de cerveza tocan sus instrumentos y cantan canciones sobre colinas y lagos, melancolía y vida. Y a esto lo llamamos arte, pero un arte en conexión con lo popular, con el pueblo. El problema es cuando el arte pierde su arraigo en una comunidad, cuando ésta deja de prestarle su complicidad y se desliga de ella. Este es el mundo del arte en que vivimos. Arte de producción industrial. Es cierto que para hacer música sólo hace falta una guitarra, unos bongos y unos altavoces quizás, pero en una sociedad como la que vivimos el problema es más complejo y aquellas personas que quieren vivir de lo artístico -como cualquier otra profesión- necesitan unos ingresos. Todo se paga. El lampista que ha venido a hacer una reparación tiene sus tarifas. ¿Por qué el artista, el escritor, el pintor, el músico ha de aspirar a menos? Hoy venía una carta en El País de un grupo de jazz de creación artesanal que dicen que producen sus propios discos y los venden a precios populares (diez euros)y ganan algo en sesiones musicales. Sin embargo, se han dado cuenta de que sus discos están colgados en internet gratis. No eran potentados. Sólo eran músicos modestos que intentaban vivir de su música, pero el hecho de que todo esté colgado gratuitamente me parece muy grave. Esto no es África tradicional ni la Cuba revolucionaria ni Irlanda y los pubs nocturnos. Querer vivir del arte es legítimo. No puede ni debería estar permitido descargarse todo gratuitamente. Tiemblo ante el libro digital. Tengo a un amigo profesor del que he hablado y ha tenido que costearse a medias la producción de su última novela. Apenas sacará nada. Nada. Pero si alguien la colgara en internet ¿no sería injusto? Sé del trabajo que supone crear. No todos son Joaquín Sabina o Alejandro Sanz. Hay multitud de artistas que ven sesgados sus posibles beneficios por esa teoría de que la cultura es de todos y de que todos pueden hacer uso de la misma. Ese criterio no lo aplicamos a ninguna otra actividad humana y bien que defendemos el derecho de propiedad de nuestra casa, nuestro coche, nuestra pantalla plana o nuestro chalé. Creo que hay que reflexionar. Cervantes lo pasó mal y no le gustaba que su novela circulara en ediciones piratas como así fue sin recibir nada a cambio. Él lo pasó mal siempre. Pero tienes razón nada impidió que escribiera esa novela -pasando apuros económicos tremendos y temporadas en la cárcel-. Creo que ser autor debería ser menos épico y que deberían protegerse mejor ciertos derechos de creación artística. Ya repito que esto no es el modo de producción africano y su ligazón con la comunidad. Y el que más o el que menos tiene también su hipoteca y su coche, y los libros de los hijos... Un cordial saludo. Perdona por la extensión del comentario.
Vaya, me parece que ayer fuiste muy generoso conmigo. He venido a pasear por tu blog y la verdad es que me apabulla un poco. No sé si podré añadir algo de interés. Me iré pasando (e iré pensando), y espero poder participar.
Un cordial saludo.
Muy interesante todo lo expuesto, y os invito a leer esto:
http://parquedelajedrez.blogspot.com/2009/12/indigo.html
ANIMAL DE FONDO, vós eres cubano????
Slds, Siempre,
[ElDuende] de AlasCUBA
http://alascuba.blogspot.com/
Querido Joselu: Tus comentarios siempre han enriquecido este blog. Si son largos, lo enriquecen más. Dicho esto, he repasado mi artículo para comprobar si se me había deslizado involuntariamente alguna opinión sobre las descargas en internet. Así que me he expresado tan mal que he dado la impresión de que defiendo que tu amigo Juan Poz no pueda vender su libro como le dé la gana.
Intentaré explicarme mejor. Lo que pienso es que Juan Poz, que "ha tenido que costearse a medias la producción de su última novela. Apenas sacará nada" es una víctima más de la falta de neutralidad y de la concentración de dinero que yo denuncio. Si alguien dedica cantidades ingentes de dinero a promocionar otras obras, hechas, seguramente, con menos esmero y vocación que la de tu amigo, consigue secundariamente que la obra de tu amigo no tenga oportunidades de ser leída ni conocida. Si los críticos de literatura se reducen a comentar las obras que las grandes editoras les envian o les mandan criticar, no harán mención de la obra de Juan Poz, tenga o no esta obra interés, que estamos suponiendo que lo tiene. Si lo que se programa en las emisoras musicales es lo que se paga previamente para que se programe, los grupos modestos, tengan o no talento, no pueden ser programados. Y lo trágico es que dejarán o no de ser modestos en función de lo que decidan otros al analizar su potencial de generar dinero, no su potencial de creación artística.
Ni siquiera tu lampista, ni un profesor, pueden realizar buenas obras si su única motivación es el interés material. Yo he dicho que el dinero puede venir después, por añadidura. Pero incluso en los casos en que se renuncia a conseguir remuneración material, verbigracia, en lo que atañe al software libre, se advierte casi siempre que el interés no puede competir ni en belleza ni en utilidad con las obras hechas por otros motivos, por motivos espirituales. Ahí está IE y Windows para comprobar lo que digo. ¿No usas Firefox?
No sé si debe poderse descargar cualquier cosa gratuitamente, mi cabeza no llega a tanto; ni siquiera sé si el objeto de la descarga tiene verdaderamente interés alguno, en su mayoría. Mi interés personal por las descargas se reduce últimamente a conseguir las Obras Completas de José Martí, que no es posible encontrar encuadernadas ni en Iberlibro, ni tan siquiera en mi admirado Abelardo Linares. Y sí, por fin las he descargado, gratuita y legalmente, en un lugar con todos los cuños oficiales. Pero no me hace gracia haberme visto forzado a esto por la imposibilidad de conseguir los libros, que podría anotar al margen y subrayar fácilmente. Pero la falta de neutralidad me ha impedido comprarlas. Lo que sí sé es que no hay ningún motivo sensato para que sea posible descargarse con Google Books la biblioteca de Rivadeneyra desde los EEUU y esté vedada en España. Recordemos que es una obra del S. XIX, propiedad de la Real Academia Española.
Para terminar, casi todos queremos mantener la propiedad privada de nuestros bienes de uso pero no todos deseamos con la misma fuerza que se mantenga la misma propiedad privada de los medios de producción.
En cualquier caso, unas veces coincidimos, otras disentimos, pero, por mi parte, siempre con placer y con gratitud hacia ti.
Un abrazo.
¿Es menos grandioso Miguel Angel por cobrar por pintar la Capilla Sixtina?
El arte también es oficio y como oficio debe ser recompensado.
A veces, los contemporáneos no están dispuestos a pagar por una obra tanto como los del futuro, pero eso no significa que el artista sea mejor, simplemente que no se ajustó al mercado de su época.
Hola, Animal de Fondo:
Si bien concuerdo en gran medida con tu tesis, debo hacer un alcance respecto a la neutralidad de la que hablas.
No existe nada neutral. Si le llamas neutralidad al compromiso que tiene el artista consigo mismo y con lo que hace, entonces bien, puede que te lo otorgue.
También concuerdo en que en cada cosa que se haga debería primar el placer por sobre el lucro por el lucro.
Ahora bien, al final todos tomamos partido por algo, y esa neutralidad sagrada de la que hablas no es más que un espejismo. El artista, como el dentista, como el constructor, como toda persona que ofrece algo de sí al mundo, debería estar comprometido con lo que hace y amar lo que hace. Pero de ahí a demonizar la remuneración de la obra o el producto que sale de las manos o cabeza de los antes mencionados va un trecho un tanto largo.
En Cuba se hace buena música como se hace en los bares de Irlanda o en las calles de NY. De igual manera, y razonando contigo, podríamos decir que en Cuba se hace mucha basura en tanto los creadores deben responder a su "Mesías", o sea el Estado y el Gobierno.
Poner a Cuba como paradigma de la libre creación y calidad artística está más cercano a un deseo que a una realidad.
Amiga Zim, siento muchísimo que te apabulle, y lo primero en lo que podrías ayudarme es diciéndome lo que se te ocurra para dejar inmediatamente de apabullarte. No sé escribir con más sencillez. Tal vez necesitara de más dedicación, pero no dispongo de ella; mi tiempo, como el de casi todos, no es solamente mío. Ojalá pudiera, con tres frases, decirlo todo, como Azorín.
No fui generoso, sino interesado, porque me gustó mucho lo que escribes. La sencillez no es simplicidad y tú expresas muy a las claras lo que quieres transmitir. Además, te encontré muchas posibilidades también como poeta en ciernes. Las cuestiones técnicas se aprenden fácil, pero tener una voz propia no está al alcance de todos y yo creo adivinarla en ti.
No pierdas nunca esa sencillez y esa naturalidad que yo te admiro, que es lo más arduo de conseguir escribiendo, al menos en mi opinión.
Un verdadero placer tenerte por aquí. Siéntete en casa, que siempre me gustará lo que digas, aunque sea para no estar de acuerdo.
Pues yo estoy con Animal de Fondo. Casi nada de lo que he escrito por encargo, para cumplir con el trabajo o para obsequio de algún compromiso forzoso, me ha salido bien. Ha sido letra insípida, palabra sin emoción, de antemano muerta.
Sobre descargas y piraterías, me parece muy injusto que haya obras vedadas, tesoros de la mente y del espíritu, que sean innaccesibles para los que no podemos pagarlas en moneda europea o norteamericana.
Muchas veces he sufrido cuando Google ni siquiera puede mostrarme una "vista parcial" de un libro que siempre he soñado oler.
Recuerdo a Grecia, que tanto disfrutas evocar, Animal de Fondo. Los griegos alimentaban a sus grandes hombres, los sostenían para que siguieran trabajando por la colectividad.
Un abrazo desde Cuba.
Me permito hacer una puntillosa apreciación personal a la ya de por si acertada exposición que ud. hace: es el hecho de llamar cultura y arte a lo que no es más que entretenimiento u ocio lo que nos ha traído estos lodos. Los anglos lo tienen más claro con lo de "entertainer". En tanto que permitamos que los listos de turno nos contaminen los términos estamos perdiendo la neutralidad sin darnos cuenta y les hacemos el juego. No es cultura, sino negocio.
Un saludo.
"tu llorando en miami y yo gozando en la habana"
una joya de la poesía cubana sin duda.
si me das las condiciones objetivas, te demuestro lo que es el movimiento (c)
Animal de fondo:
¿presta Ud mucha atención a lo que [comentan] los críticos influenciados por las editoriales ?
Oh Fmesmenota, tocas un tema que "duele".
Yo creo que el sueño de cualquier persona que se dedique al arte es poder vivir de eso que uno ama tanto, y te lo dice una que está en el ojo del huracán.
Bienvenidos los nuevos visitantes. Gracias a todos por vuestro tiempo y por vuestras palabras.
Con respecto a la "demonización de la remuneración de la obra", nuevamente me expresé mal porque no pienso que no pueda cobrarse por las obras artísticas. Lo que creo es que esta obra artística no es posible cuando en la mente del artista la finalidad de su creación es conseguir dinero. Tal vez haya excepciones. Ya Bretch dijo que se puede ser un gran actor controlando exactamente la musculatura y las cuerdas vocales mientras se piensa en las musarañas. Simplemente creo que la opción de Stanislavski es más verdadera y más segura. Todo esto, sin duda, es muy discutible.
Pero mi propósito era otro; era señalar que la participación de elementos extraños a los artistas, gentes a quienes no interesa para nada el arte y que solamente pretenden conseguir dinero de lo que sea, distorsiona injustamente la apreciación que del arte podríamos tener. ¿Cuántas veces un marchante compra la mayor parte de la obra de un pintor y a partir de ese momento el pintor pasa de ser un desconocido a un valor seguro? Justo cuando ya el artista no puede obtener los réditos materiales de su obra; se los va a quedar otro. Pero además, es la gran inversión en publicitar a unos en detrimento de los otros lo que empaña nuestra apreciación global.
Con respecto a la música cubana, no estoy de acuerdo con que no sea un paradigma de calidad. Una figura como la de Chucho Valdés no sería posible, en mi opinión, en ningún otro lugar. El eclecticismo de Chucho no es verdadero, ya que sus obras, aisladamente consideradas, son puras. Pero él tiene la libertad de investigar y crear aquello que le interesa o simplemente le divierte. Irakere se permite el lujo de hacer un concierto lleno de energía en un club de Jazz de Inglaterra, que no se parece en nada al que días después hace en otro lugar; más tarde hace variaciones sobre un tema de la ópera La Molinara. Otro día graba unos boleros de lo más convencional. Otras veces Chucho improvisa sin nada que ver con todo lo anterior, o queda en segundo plano acompañando a una cantante. Si estuviera verdaderamente sujeto al mercado, se le obligaría a explotar su faceta de más éxito y no se le permitiría asumir el riesgo de fracasar. La belleza de la música de Chucho, para mí, es que es una música libre, interpretada por una persona que disfruta enormemente haciéndolo. En otro sentido, ahí está Marta Valdés, para dar lecciones, a mi juicio, al mundo entero.
Quiero agradecerle a uno de tantos su aportación, que creo enriquece y matiza las ideas. ¡Mil gracias!
A Odette, aparte del gusto de leerte, te diré que claro que comprendo tu sueño y siempre he estado seguro de que llegarás, porque tienes una calidad que se lo merece. Creo también que con un buen marchante llegarías antes, a pesar de los pesares.
A Maykel, como no, mi abrazo desde "el lado de acá", como decía Cortázar.
Animal de fondo, saludos
Me gustan mucho los temas que trata en su blog
Yo me pregunto donde empieza el negocio y hasta donde y donde la profesion. Actualmente ambas forman parte de la formula quimica de un artista.
por supuesto unos tienen mayor concentracion de una sustancia y otros de la otra. Aunque, similar a lo que ocurre en un iman definitivamente la pureza de una u otra sustancia esta en los extremos o "polos".
En los extremos, la componente artistica no necesita del dinero y el negocio tampoco necesita del arte.
Sin embargo, creo que esto es extensible a cualquier profesion u oficio?
Quiza el artista pueda ser mas visible y facil de comprender.
Pero sucede igual con un medico, un ingeniero, un arquitecto, un deportista y porque no un albanhil, o un plomero, o un carpintero, aunque en estos ultimos los extremos esten menos distantes
Para ellos tambien existen las contradicciones de profesion y negocio, y donde no hay mejor refugio para la mediocridad que el comodo calorcito del centro difuso donde se puede obtener "ganancias" sin degradar en demasia calidad y etica.
Guardo una anecdota de mi infancia. Alla en Marianao un amigo del barrio (Cuchara era su apodo), cuando le prguntaban en la escuela primaria que queria ser cuando fuera grande decia -Chofer del carro de la basura- Siempre nos reiamos de la respuesta. Tan bruto que no se le ocurrio decir medico o ingeniero o pelotero, como apirabamos todos a esa edad. (por supuesto habia una razon: Ese era el oficio del padre). Deje de reirme de el ya cuando regrese a mi barrio mas alla de los 30 anhos y lo encuentro lustrando su flamante carro de basura. Me invito orgulloso luego de los saludos a que sntrara junto con el a la cabina y viera el Dash y sus controles e indicadores. No mostro verguenza como prejuiciosamente anyes de saludarle supuse; yo si un poco.
Stand, gracias por compartir con nosotros su anécdota, que está bella. Me parece que en Cuba hay más oportunidades de escoger trabajar en lo que uno tiene verdadera vocación, porque las cuestiones de salario son menos relevantes. Incluso eso se nota en la forma de enfocar ese mismo trabajo. Hacer algo por los demás, entregando lo mejor de uno mismo, aporta una gratificación bárbara y es un elemento importante en la felicidad posible de esta vida breve que nos toca. Claro, hay que alimentarse y cubrirse con ropa; los hijos reclaman en nuestro interior el esfuerzo por atender sus necesidades; para eso, desgraciadamente, hace falta dinero. Pero es que hay muchas cosas que analizar y contrastar para intentar comprender. Es sorprendente, por ejemplo, la inmensa distancia que hay entre las actitudes de las personas que rompen un matrimonio en España y las que hacen lo mismo en Cuba. Es decir, hay circunstancias estructurales y de formación del pensamiento y de la libertad de este pensamiento que crean unas condiciones radicalmente distintas aquí y allá. No se puede ser ciego y no valorar las necesidades materiales de los seres humanos. Pero se es ciego igualmente si no se ponen a pesar otras tantas condiciones espirituales con las que a veces ni se cuenta, por conocidas y habituales en la sociedad de cada uno, ignorando que en otras partes serían simplemente opciones utópicas.
Espero no quedar en ese cómodo calorcito del centro si le digo que me parece una pérdida grande de la, digamos, retroalimentación, rendimiento, que se recibe del ejercicio de cualquier trabajo, limitarse a contemplar los bienes materiales que produce. Parecerá egoísta, y tal vez lo será, pero no puedo conformarme con pensar: "como quería obtener dinero, hice esto por ti". Prefiero pensar "hice esto por ti, y encima me pagaron dinero". Ese es uno de los matices del artículo. Es que, en definitiva, se aporta y se recibe mucho más pensando de la segunda manera. Y seguramente el trabajo, o el arte, también sale mejor, porque su raíz es más pura.
¡Gracias por su aportación, Stand!
Echo de menos el esclarecedor comentario de mi amiga Yolanda Molina. No puede dejarlo, ya que carece, por circunstancias, de acceso a internet. No obstante, hasta que pueda venir, quiero ocupar su turno; este sitio es tuyo, Yolanda. Lo llené de palabras porque sentí tu ausencia.
A vueltas con el tema no puedo más que coincidir con ud., Animal De Fondo, en lo central de su post, que a mi entender es una defensa del arte por sí mismo. Intuyo que a consecuencia de cómo algunos "seudoartistas" famosillos se han apropiado de él para defender sus intereses económicos privados, enarbolando la "cultura" como algo que les perteneciese. La cultura de verdad mientras languidece para que algunos hagan caja.
Me he tomado la libertad de citarle y enlazarle al hablar del tema en mi propio lar, si no le importa.
A Stand (y a Joselu de forma colateral), le diré que los profesionales serios cobran por su trabajo y nada más después: un médico no cobra al paciente cada año que vive después de salvarle la vida, un arquitecto no cobra cada año que usted vive en la casa después de construirsela, ni un plomero por cada vez que tiramos de la cadena del vater que nos desatascó, por citar algunos de sus ejemplos. Pero los artistas quieren hacer esto, ¡incluso 70 años después de muertos!
(Sin entrar a que, según el famosamente conocido por anunciar coches Maslow, todos los profesionales anteriormente citados dan un servicio más necesario que el entretenimiento).
Saludos a todos, es un placer debatir aquí.
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