Dije un día que conocí héroes en Cuba, y que esa era una diferencia esencial entre nuestros países. Aquí no hay héroes; allí los hay por docenas. Siempre me ha entristecido que Cuba no ponga a estos héroes en la primera línea de los medios de comunicación.
Últimamente mi tristeza es mayor al ver la cantidad de blogs de periodistas cubanos que se dedican a defenderse del blog de Yoani, criticándolo de un modo u otro. Así, concertadamente, no hacen mas que aumentar la importancia y la difusión de este blog, que no merece ser sino un blog más, sin la trascendencia que todo esto le va dando.
Pero por fin he descubierto otra cara de la moneda: un blog que nos presenta héroes; son por ahora muy pocos todavía para los millares que existen, pero ahí están, definidos contra el horizonte, tal como los héroes se han visto siempre. Faltan los miles de alfabetizadores, faltan los miles de médicos altruistas, los operados, los estudiantes trasplantados a La Habana desde sus lejanas tierras latinoamericanas. Pero ya hay un blog de héroes: es Amalias.
Y gracias a su redactora, a la maravillosa Diosdada, he conocido a Leonela Inés Relys Díaz. Leed la entrevista que le hace la revista Bohemia: Leonela y el genio de la lámpara. Mirad la sencillez de esta Leonela, mujer y héroe. ¿No os deslumbra su belleza?. Aquí tenéis otro enlace, desde la misma Amalias.
Y junto a Leonela Inés, escuchad a Aílsa Aldana Carmona. Escuchad a Leydis Vargas Leyva. Leed sobre Enelia Ávalos Viamontes. Observad el trabajo de Alba Portieles.
Muchas veces había pedido yo, infructuosamente, a los periodistas cubanos que nos contaran estas cosas. Que si no son capaces de transmitirnos aquello en lo que ellos creen, nos hablaran de los otros que sí creen. Ahora ya tengo un blog que leer y de donde tomar ejemplo y ya tengo testimonios de mujeres que puedo mostrar a mis hijos. Algún día me dirán: ¿Papá, había mujeres como esa Leonela Inés Relys Díaz que nos cuentas? Yo les podré decir: sí, hijos, esas mujeres pueden existir, existen.
Y para los periodistas cubanos empeñados en mostrarnos los sutiles debates del ciberespacio, aquí va un cuentecito escrito en los últimos años del siglo XIX y nada menos que por el archinarrador ante el altísimo, Robert Louis Stevenson. Espero que les aproveche. Se titula "Fe, alguna fe y ninguna fe".
En los antiguos días tres hombres salieron en peregrinación: uno era un sacerdote, y otro una persona virtuosa y el tercero un vagabundo con su hacha.
En el camino, el sacerdote habló de los fundamentos de la fe.
—Hallamos las pruebas de nuestra religión en las obras de la naturaleza—dijo y se golpeó el pecho.
—Así es—dijo la persona virtuosa.
—El pavo real tiene una voz áspera—dijo el sacerdote— como nuestros libros siempre lo atestiguaron. ¡Qué alentador! —exclamó como si llorara—. ¡Qué edificante!
—Tales pruebas no me hacen falta—dijo la persona virtuosa.
—Luego, su fe no es razonable —dijo el sacerdote.
—Grande es la justicia y prevalecerá! —gritó la persona virtuosa—. Hay lealtad en mi alma; no dudéis que hay lealtad en la mente de Odin.
—Esos son juegos de palabras —replicó el sacerdote—. Comparado con el pavo real, un saco de tal hojarasca no vale nada.
Pasaban entonces enfrente a una granja y había en ella un pavo real posado en el cerco; y el pájaro cantó y su voz era como la del ruiseñor.
—¿Qué me dice ahora? —preguntó la persona virtuosa—. Sin embargo a mí no me afecta. Grande es la verdad y prevalecerá.
—Que el demonio se lleve a ese pavo real —dijo el sacerdote y, durante una milla o dos, estuvo cabizbajo.
Pero luego llegaron a un santuario, donde un faquir hacía milagros.
—Ah —dijo el sacerdote—. He aquí los verdaderos fundamentos de la fe. El pavo real no era otra cosa que un adminículo. Ésta es la base de nuestra religión.
Y se golpeó el pecho y gimió como si padeciera de cólicos.
—Para mí —dijo la persona virtuosa— todo esto es tan insignificante como el pavo real. Creo porque sé que la justicia es grande y prevalecerá; y este faquir podría seguir con su prestidigitación hasta el día del juicio final y no me embaucaría.
Al oír esto el faquir se indignó tanto que le tembló la mano y, en medio de un milagro los naipes cayeron de la manga.
—¿Qué me dice ahora? —preguntó la persona virtuosa—. Y sin embargo a mí no me afecta.
—Que el diablo se lleve al faquir —exclamó el sacerdote—. Realmente, no veo la ventaja de seguir con esta peregrinación.
—¡Valor! —exclamó la persona virtuosa—. Grande es la justicia y prevalecerá.
—Si está usted seguro de que prevalecerá... —dijo el sacerdote.
—Le doy mi palabra —dijo la persona virtuosa.
Entonces el otro prosiguió con mejor ánimo.
Finalmente llegó uno corriendo y les dijo que todo estaba perdido; que los poderes de las tinieblas sitiaban las Mansiones Celestiales y Odin iba a morir y el mal triunfaría.
—He sido burdamente engañado —exclamó la persona virtuosa.
—Ahora todo se ha perdido —dijo el sacerdote.
—¿No estaremos a tiempo para pactar con el diablo? —dijo la persona virtuosa.
—Esperemos que sí —dijo el sacerdote— Intentémoslo, en todo caso. ¿Pero qué está haciendo con su hacha? —le dijo al vagabundo.
—Voy a morir con Odin —dijo el vagabundo.
6 comentarios:
el mundo está lleno de héroes anónimos y muchas veces prefieren quedarse así y es precisamente esto lo que les hace aún más héroes.
el cuento que nos trascribes me ha gustado mucho, queda poca gente como el vagabundo, muy poca, ahora la gente se mataría por ver el futbol, pero no por morir junto a Odín
(si tengo tiempo intentaré leer tu entrada anterior)
saludos
Hay héroes, claro. Yo los conozco. Sin embargo, tal vez porque estoy en Cuba, esta clase de historias me parecen cotidianas. No les veo ese halo extraordinario que tú admiras.
Mi papá fue alfabetizador en el 61. Luego se ha dedicado por muchas décadas a la enseñanza. También estuvo en Venezuela, enseñando a los muchachos de la calle. Es raro que siempre lo haya visto como un hombre común, nada heroico.
De cualquier modo, entiendo tu perspectiva. El mundo necesita gente dispuesta a dar, sin cálculo, por el placer de compartirse.
En cuanto al blog de Yoani, no sé qué pasa... Ni la creo tan peligrosa, ni tan creíble. Siento que es el afán de conjurarla lo que le ha otorgado su pequeña celebridad. Cuando se prohíbe el acceso a su blog desde Cuba, el único efecto que se consigue es el de otorgarle la condición de fruto prohibido, y, por consiguiente, ambicionado. Toda su popularidad la debe a estas persecuciones contraproducentes.
Aleccionador el relato de Stevenson.
No he tenido tiempo de escribir sobre Unamuno. El oficio periodístico me ocupa por estos días, pero sigo leyéndote. Disfruto mucho cuando escribes sobre Cuba.
Un abrazo.
Gracias por tu visita, Eloi, más estando ocupado últimamente. Stevenson sabe contar muy bien las cosas, quién pudiera aprender algo de él; siempre me impresionó también su historia de amor con su mujer y lo claro que supo ver su destino.
Tengo la duda de si en el fondo todos los demás no quisiéramos verdaderamente ser como el vagabundo y con un pequeño empujoncito, el sacerdote y el virtuoso no empuñarían el hacha también. Me parece que es bueno que resaltemos las hazañas de esos héroes anónimos, que siempre nos estimularán a imitar sus virtudes.
Un abrazo
Ay, Maykel, les veo un halo extraordinario que me resulta difícil explicarte, porque pienso que no sabré mostrar toda la decadencia y el cinismo de nuestra sociedad europea. Verdaderamente, gracias a ti, especialmente a algunas pistas que me fuiste dando, creo comprender ahora mucho mejor nuestras diferencias. No tenemos, no hemos tenido nunca un Varela, un Luz, un Martí, un Cintio. Realmente dudo si alguien vio nunca por aquí "ese sol del mundo moral" que ahora ya sé cuál es. Eso es lo que te agradezco, porque yo le atribuía solamente a la Revolución muchas facetas de vuestro carácter que admiro, pero supiste hacerme ver que todo es mucho más complejo, y que nuestros caminos se separaron hace muchísimos más años de lo que yo creía.
Tu verás a tu padre como algo normal, claro; en cambio, para mí sería un honor extraordinario conocerlo y estrechar su mano. En definitiva, como uno más de mis conciudadanos, soy un miserable. Pero un miserable que admira a quien no lo es y que siente respeto por las gentes que dan algo -y muchos dan más, hasta algunos lo dan todo- por nuestra pobre humanidad.
Con Yoani me pasa como con tantas cosas en las que no comprendo las estrategias. No sé, me imagino a alguien que tuviera un tesoro encerrado en un cofre y se olvidara de él cada día, poniendo el énfasis en las pequeñas cuentas diarias, unas veces positivas, otras negativas. Quien pone su aspiración en poder tener una pequeña tienda de barrio, comprando barato y vendiendo caro, no me parece gran enemigo. Mayor enemigo es no ser consciente ni poner de relieve tantos avances que, por cotidianos, parece que han perdido su importancia y su sentido para quedarse en palabras. Y el mayor avance, tal vez, ese que da a la mente el haber tenido en la sangre las huellas de la esclavitud y haberse opuesto a ella. Sinceramente, no puedo imaginarme que, si pudieras ver por el ojo de una cerradura todo nuestro "esplendor", supusiera para ti ninguna frustración.
No hay prisa para lo de Unamuno; lo digo porque espero más y no me conformo con Unamuno. Seguro que enseñándome aprenderemos los dos.
Un abrazo muy fuerte, Maykel
He leído el blog de Yoani en bastantes ocasiones. Es oportunista y a la vez oportuno. Disecciona la realidad cubana desde un punto de vista racional. El mismo que utilizamos para defender el Berlin libre frente a la Alemania Oriental. Yoani es el futuro. Morirá Castro y se producirá la transición inevitable. Es inevitable. Cuba no puede ser una excepción. Vivir en Cuba es difícil, a pesar del idealismo de la revolución. Yoani anuncia los héroes del futuro, cuando Miami y Cuba entren en contacto de nuevo y se fundan en un abrazo, espero. Entonces Yoani será olvidada. En España hubo un tiempo de héroes -la guerra civil- pero al lado del oro, hubo también la escoria. La revolución cubana tiene tanto de maravilla como de perversidad. La vida es inevitablemente dialéctica. Y nada es firme ni estable. Héroes en todas partes haberlos haylos. Y miserables y oportunistas. El futuro de Cuba pasa por Yoani, pero será olvidada posteriormente.
Dice Cintio Vitier, Joselu, citando a José Martí: "Otros amen la ira y la tiranía. El cubano es capaz de amor, que hace perdurable la libertad." Nuestras dos sociedades no son comparables. Una sociedad es ascendente, luchando con la falta de capital de quien ha vivido siempre a expensas de su trabajo y hostigado por otros. La otra es una sociedad ya muchos siglos decadente, que ha vivido dilapidando el capital inmenso que robó a otros pueblos, el último de ellos, el cubano. Me parece que hay una distancia moral grande entre ellos y nosotros, consolidada por los siglos. Es posible que Cuba caiga como dices, Joselu. Confesaré que la única razón por la que no he intentado vivir en Cuba es porque la he sentido demasiado dependiente de la vida de Fidel. Y si Fidel tuviera cincuenta años yo no lo habría dudado; querría para mis hijos la educación que allí se daba, no sé si se seguirá dando. Pero vivir en Cuba en un sistema capitalista no me atrae, porque ya sé sobrevivir bien aquí en esa forma.
La frase que da título al libro de Cintio Vitier la escribió José de la Luz: "Antes quisiera, no digo yo que se desplomaran las instituciones de los hombres -reyes y emperadores-, los astros mismos del firmamento, que ver caer del pecho humano el sentimiento de la justicia, ese sol del mundo moral." La Revolución cubana me parece la consecuencia lógica de la aplicación de esa frase. Claro, pasa por un estadio de incertidumbre y de dificultades. Pero me pregunto si cuando se intente otra vez que resplandezca ese sol del mundo moral -porque se intentará eternamente- no habrá que recorrer de nuevo el camino que los cubanos han construido hasta aquí. Por eso yo pongo el énfasis en lo mucho que han conseguido, no en lo mucho que les falta.
Para mí, Yoani no nos trae ninguna novedad en su pensamiento. Para ella es un descubrimiento, claro. Eso ocurre cuando no se ha leído, que las cosas más viejas nos parecen nuevas. Ella tiene el antiguo pensamiento pequeño burgués. ¡Cómo le va a conmover algo noble! Encima, está orgullosa de sus ideas; en vez de avergonzarse, las proclama. Pero no se da cuenta de que todos esos males se curan leyendo.
Termino, la cosa va de citas, es inevitable. Yo veo la Revolución cubana como José Martí nos enseñó que debíamos ver a otros Héroes, a Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata; Hidalgo, de México. "Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz."
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