¿Es compatible la belleza interior con el adorno exterior? ¿Si se posee tal belleza interior se busca el adorno exterior? Si el adorno exterior no pretende encubrir las carencias interiores, ¿para qué es para lo que sirve? Quien disfruta de una vida plena, con un interior equilibrado, ¿Necesita buscar aditamentos externos?
La verdadera belleza de los seres humanos surge de un estado interior donde hay amor, comprensión y bondad; y quien vive en este estado no precisa la máscara que se usa en los países desarrollados para encubrir la podredumbre. En Cuba, la cirugía plástica y estética es gratuita; conozco a quien la ha usado para quitarse algo de grasa sobrante; no conozco a nadie -salvo cirugía reparadora- que la haya usado para cambiarse la cara. La belleza y el sentimiento de la propia belleza no depende del trazo de la nariz, como pretenden hacernos creer en los países desarrollados. Todo el que es bueno sabe perfectamente que también es bello.
Pero la premisa para la bondad es la libertad interior. No se puede ser bueno sin ser libre. Y ser libre es ser capaz de comprender la realidad, que es lo mismo que ser capaz de conocer la verdad.
En los países desarrollados la mente está llena de surcos, como los surcos que deja tras sí un arado, que descomponen la realidad en unidades gestálticas ya conocidas. Así que la visión de la realidad siempre es parcial, vale decir que nunca puede conocerse la verdad, porque la verdad no puede ser reducida a los estrechos márgenes de ningún surco. La educación occidental, las condiciones familiares, sociales y de trabajo, crean esas autopistas de lo conocido, de lo convencional, donde se circula a gran velocidad en el error. La belleza de Cuba es posible porque los cubanos carecen de esos surcos; nadie los ha entrenado para admitir su formación, por lo que son capaces de conocer la realidad tal cual es; es decir, son capaces de conocer la verdad.
Y conociendo la verdad surge la bondad, la solidaridad y el amor, que son fruto de la libertad. Esa es, para mí, la belleza de Cuba, paraíso cerrado para muchos.
Los seres humanos somos también hijos de nuestra historia. Los españoles hemos sido durante siglos la carne de cañón que oprimía y esclavizaba a otros pueblos por mandato y al servicio de nuestro amo. Por eso, hablar de mentes libres en nuestro país es, tal vez, un sinsentido. ¿Mentes libres hijas de qué o de quién? ¿Mentes sin surcos? ¿De cuál de nuestros antepasados hemos aprendido a amar? En nuestro ps parlamento reina el conflicto y la descortesía y nuestra violencia familiar es acaso consecuencia de la violencia que hemos ejercido sobre otros seres a lo largo de los siglos. Estudiar en el colegio las traiciones de Pizarro como si fueran heroicidades podría revelar el sustrato sobre el que construimos nuestra personalidad.
En cambio, en Cuba, vivir en la opresión y en la esclavitud tuvo que generar el amor a la libertad que allí todavía existe. Gracias, en parte, a Maykel, he podido comprender que los cubanos libres no son solamente hijos de la Revolución, sino que su libertad de pensamiento empezó a engendrarse muchos siglos atrás. Con Zenea, con Plácido, con José Jacinto Milanés, con Martí, por supuesto. Extraordinariamente con Lezama y con los que construyeron la aventura de Orígenes. Con cada persona que circula por la calle, con cada policlínico, con cada biblioteca, con cada escuela, con cada cerebro de una de las personas que tienen la dicha de ser libres en la isla. Esa es la belleza que yo he visto en Cuba.
La verdadera belleza de los seres humanos surge de un estado interior donde hay amor, comprensión y bondad; y quien vive en este estado no precisa la máscara que se usa en los países desarrollados para encubrir la podredumbre. En Cuba, la cirugía plástica y estética es gratuita; conozco a quien la ha usado para quitarse algo de grasa sobrante; no conozco a nadie -salvo cirugía reparadora- que la haya usado para cambiarse la cara. La belleza y el sentimiento de la propia belleza no depende del trazo de la nariz, como pretenden hacernos creer en los países desarrollados. Todo el que es bueno sabe perfectamente que también es bello.
Pero la premisa para la bondad es la libertad interior. No se puede ser bueno sin ser libre. Y ser libre es ser capaz de comprender la realidad, que es lo mismo que ser capaz de conocer la verdad.
En los países desarrollados la mente está llena de surcos, como los surcos que deja tras sí un arado, que descomponen la realidad en unidades gestálticas ya conocidas. Así que la visión de la realidad siempre es parcial, vale decir que nunca puede conocerse la verdad, porque la verdad no puede ser reducida a los estrechos márgenes de ningún surco. La educación occidental, las condiciones familiares, sociales y de trabajo, crean esas autopistas de lo conocido, de lo convencional, donde se circula a gran velocidad en el error. La belleza de Cuba es posible porque los cubanos carecen de esos surcos; nadie los ha entrenado para admitir su formación, por lo que son capaces de conocer la realidad tal cual es; es decir, son capaces de conocer la verdad.
Y conociendo la verdad surge la bondad, la solidaridad y el amor, que son fruto de la libertad. Esa es, para mí, la belleza de Cuba, paraíso cerrado para muchos.
Los seres humanos somos también hijos de nuestra historia. Los españoles hemos sido durante siglos la carne de cañón que oprimía y esclavizaba a otros pueblos por mandato y al servicio de nuestro amo. Por eso, hablar de mentes libres en nuestro país es, tal vez, un sinsentido. ¿Mentes libres hijas de qué o de quién? ¿Mentes sin surcos? ¿De cuál de nuestros antepasados hemos aprendido a amar? En nuestro ps parlamento reina el conflicto y la descortesía y nuestra violencia familiar es acaso consecuencia de la violencia que hemos ejercido sobre otros seres a lo largo de los siglos. Estudiar en el colegio las traiciones de Pizarro como si fueran heroicidades podría revelar el sustrato sobre el que construimos nuestra personalidad.
En cambio, en Cuba, vivir en la opresión y en la esclavitud tuvo que generar el amor a la libertad que allí todavía existe. Gracias, en parte, a Maykel, he podido comprender que los cubanos libres no son solamente hijos de la Revolución, sino que su libertad de pensamiento empezó a engendrarse muchos siglos atrás. Con Zenea, con Plácido, con José Jacinto Milanés, con Martí, por supuesto. Extraordinariamente con Lezama y con los que construyeron la aventura de Orígenes. Con cada persona que circula por la calle, con cada policlínico, con cada biblioteca, con cada escuela, con cada cerebro de una de las personas que tienen la dicha de ser libres en la isla. Esa es la belleza que yo he visto en Cuba.
21 comentarios:
No sé si estoy muy de acuerdo con el fondo de tu post. Sostienes que en Cuba, en el espíritu de los cubanos reside la belleza y la verdad porque ellos no han sido deformados por ese occidente avasallador, ni han vivido la realidad de ser opresores; en cambio, los españoles, dado nuestro pasado colonial, estamos impregnados de valores negativos (la cirugía estética, la descortesía...). ¿Crees que se puede generalizar tanto? Conozco hermosas y dignas personas, limpias de corazón, en mi entorno cercano, personas que no encajan en esta cerrada clasificación. Igual que conozco buenas personas, eso significa que habrá muchas más que no he llegado a conocer. En Cuba, no dudo que haya buena gente, pero también la habrá deficiente, ambiciosa, rencorosa y falsa. El hecho de ser un país que no vive en la abundancia precisamente fomentará otros valores que los que vivimos en países del exceso. De esto sí que podríamos hablar. El tener muchas cosas no nos hace ni más felices ni mejores, quizás al contrario, pero no se puede universalizar a toda la población española o cubana. Uno de los páises en que con más afecto me han tratado en mi estancia allí ha sido los Estados Unidos. Según tu planteamiento, los americanos deberían ser pésimas personas, y yo, sin embargo, he experimentado que hay allí muy buena gente. Un cordial saludo.
Claro que llevas razón, Joselu, me parece evidente. No obstante, he querido alejarme de lo políticamente correcto, porque si no hacía un esbozo grosero pensé que me alejaba de la esencia de lo que quería comunicar. Por supuesto que tengo buenos amigos, y son españoles; tú estás entre ellos.
Lo que me importa en el post es poner de relieve algunos rasgos globales que me ha parecido detectar. Y, tal vez, generar también un poco de polémica. En una visión lejana, como la del Persiles, vistos como desde otro planeta, ¿Hay algo de lo que digo que pueda tener sentido? ¿Significa algo para los pueblos tener un pasado de colonizadores o de colonizados? ¿La belleza interior necesita de abalorios? Eso es lo que me gustaría conocer.
Reconozco, en todo caso, que si lo que hago no es tener idealizada a Cuba, se le parece mucho.
Pero en cuanto a la libertad interior, en serio, me parece que hay un abismo entre ellos y nosotros.
Tal vez nuestros otros amigos puedan ilustrarnos.
Y desde ahora pido perdón a quien se sienta ofendido, ya que no es mi intención hacerlo, sino hablar asépticamente, como si lo hiciera de animales de otras especies.
La belleza interior no necesita de abalorios, pero a qué muchachita no le gustará ponerse guapa y que la encuentren bonita. Eso sí, empieza a extenderse una relación enfermiza con la cirugía estética cifrando en una operación una cuestión de autoestima personal. Igual que ahora nos gastamos pequeñas fortunas arreglando los dientecitos de nuestros hijos para que no se sientan frustrados el día de mañana, parece que mucha gente necesita de esas intervenciones como cuestión vital. Es un efecto del consumismo llevado hasta los casi últimos extremos. El límite será cuando podamos elegir los hijos a la carta (rubitos, ojos azules...)
Si tuviera que definir qué es lo que me ha parecido más asombroso de Cuba, Joselu, es la libertad de pensamiento de los cubanos. Y no sé cómo abordar su explicación. Al contacto con ellos siempre se me han puesto de relieve los diques de mi mente, que me impedían, a pesar del absurdo de tenerlos, enfrentarme a las circunstancias contemplándolas como si fueran ajenas. Es como si yo tuviera una visión siempre personal y ellos una más abstracta, independiente de su posición relativa. Analizan rápidamente las circunstancias, descubriendo elementos que nosotros -yo al menos- no podemos "ver", porque estamos educados para ser ciegos a ellos. Y me parece que en algo de eso reside esa libertad que tanto admiro.
No he visitado Cuba desgraciadamente. Entre los enlaces del blog hay uno que se titula Yo Cuba que pertenece a una madre cubana que siente orgullo por la revolución. Sus palabras son densas. Me gusta charlar con ella. Hay una pasión en ella que echo a faltar por aquí. Quizás sea esa libertad de la que hablas.
Precisamente Yolanda me advirtió una vez del peligro de ver Cuba "calzando las botas del conquistador" lo que me hizo rectificar un artículo y me ha hecho pensar después. Es por eso por lo que decía que tal vez nos marque el pasado. ¿Miramos a los inmigrantes con la misma libertad con que nos miran ellos a nosotros? Ponemos palabras demasiado genéricas a las cosas, verbigracia "racismo". Pero un poco más sutilmente, ¿en qué nos afecta el pasado nacional a la hora de ver a otros niños, compañeros en nuestros colegios? Distinguir, clasificar, acotar, separar en grupos mentales estancos ya significa mucho.
¿Y nuestra violencia familiar? Creo que es no ver la realidad decir que se reduce a grupos aislados, y que no son representativos de nosotros como cultura. Yo veo esa violencia familiar en el trato a los ancianos, por ejemplo; en el repetido escándalo de los intereses familiares en las herencias, ante el hecho de la muerte de nuestros mayores. Cuando era soltero, llegó un momento en que -tampoco quiero ofender a nadie con la generalización, que por supuesto es injusta- casi decidí no salir nunca más que con mujeres solteras, porque razonaba para mí que si algunas separadas hablaban así del padre de sus hijos, ¿qué harían conmigo, que no era sino un extraño?.
Ojalá Yolanda y Maykel nos expliquen algo de esto; para terminar, si conocieras lo bien que se llevan en Cuba los matrimonios separados te asombrarías. Hay muchísimas cosas distintas en nuestros dos países. Muy, muy distintas.
Me gustaría algún día conocerlas en directo, pero temo el día de la transición y el cambio que inevitablemente sobrevendrá a la isla. Sé que hay mucha gente que lo pasa mal y que quieren dejar de ser diferentes. Pero el día en que Cuba se convierta en una segunda Miami pero con miles y miles de depauperados en contraste con la riqueza de otros más listos, ese día, Cuba dejará de ser un modelo distinto en Latinoamérica. Pero no tengo derecho a opinar demasiado porque no vivo allí. Me gustaría conocer Cuba ahora, pero es un viaje que no me lo puedo plantear familiarmente.
Belleza, bondad, libertad...pueden ir juntos o separados.
Estoy contigo que la historia de los pueblos marca su personalidad. Luego hay individuos que se acercan más a los estereotipos que otros. No conozco Cuba, luego no puedo opinar, al respecto... Los valores estéticos son absolutamente culturales, al igual que el resto de valores...De la personalidad cubana destacaría su sentido del humor y su facilidad para los dobles o triples sentidos que curiosamete lo desata su falta de libertad de expresión. Creo que la necesidad es la que agudiza el ingenio, y la que despierta otros valores. Pueblos que apenas tienen nada material exponen sonrisas de una amplitud y profundidad que en occidente se desconocen, o muestran una generosidad de dar lo que tienen que el capitalismo niega porque fomenta el egoismo... No solo es Cuba...Las diferencias están por todas partes...
Me ha gustado tu reaparición.
Un abrazo, compañero.
Es que cualquiera se lo permite, Joselu, con los precios que corren, que es lo que me lo impide a mí ahora. Pero es una pena que no vayas, porque es imposible saber nada desde aquí (y muy difícil, no obstante, saberlo desde allí también). Y enlazo con lo que opina Cariátides, que me gustaría matizar: Por una parte, hay varias bellezas, una que es puramente un convenio cultural arbitrario, de acuerdo; otra, sin embargo, como la de la naturaleza, que es bella en tanto es verdadera; y en definitiva somos fruto, como adaptación natural, de esa realidad. Y eso enlaza con la libertad de expresión que citas: Me parece que sin la premisa de una mente libre, no hay otra libertad que valga, y que conseguir esa libertad que consiste en no hacernos esclavos a nosotros mismos no está tan fácilmente a nuestro alcance. Es una opinión, claro.
Y a mí también me ha gustado un montón verte por aquí, ya te lo puedes imaginar, C. Otro abrazo muy fuerte, compañera.
LLevo unos días queriendo participar, darte la rebienvenida... Sin embargo, después de tu reflexión sobre la belleza, la libertad, el pasado... no sabía qué ponerme para reestrenar este patio...
He pensado lo que he podido, pero mira, que mejor me paso por aquí sin ropa :-), con la confianza de que me ayudéis a mantener el calor en el cuerpo, a pesar de que me corra sangre conquistadora por las venitas... Animal, yo sigo sin entender mucho esa Cuba de la que tú escribes, pero te tengo fe y en ti creo... ¡Gracias por tus palabras de esta mañana!
Te he echado de menos, así es que no te extrañe que me presente por aquí de cualquier forma...
¡Dos abrazos, por lo menos!
Querida Jueves: No te creas, que he vuelto sin libros, con la casa todavía desbaratada; así que escribiré poco y seguramente de un modo tan confuso como en esta entrada.
No puedo dejar de creer que esta Cuba existe, que esta libertad existe, pero no sé explicarla bien; lo intento. Tal vez Maykel y Yolanda no intervienen por no darme un varapalo. No sé. Pero yo a los dos los veo como ejemplos de eso que llamo libertad de mente, que es la verdadera Libertad. Son capaces de ver su realidad tal cual es, con sus defectos y sus virtudes.
He entendido lo de la desnudez, y te la agradezco; por otra parte, ¡qué placer tan grande ver florecer tus versos!
Muchos besazos.
Bienvenido Animal!
Sólo puedo comentarte que coincido en mucho de lo que escribe Joselu...Cuba es increíble, pero siento que tu la tienes muy idealizada...
Querida Odette: Me encanta verte por aquí. Creo recordar que tú tenías una abuela cubana. ¿Podrías describirnosla? ¿No has advertido en ella algo diferenciador, común con los otros cubanos? Ahora que estás en España, después de tu aventura irlandesa, nos conocerás mejor. Tengo, como dices, idealizada seguramente a Cuba. Además hace ya muchos años que no voy por allí. Pero es que cuanto más escarbo, más me asombro y me admiro. Antes de las obras de mi casa, dediqué unos meses a conocer más su literatura. Y no puedo ver mas que riqueza, que surge de una raíz completamente distinta de la nuestra. A veces, al dirigir el objetivo de nuestra observación hacia los pequeños detalles, se nos revelan las esencias, como dice Maykel. Por ejemplo: ¡qué diferencia de trato y de consideración hacia la senectud! ¿por qué en Cuba los hijos dan la vida por sus padres? Es una situación inversa a la nuestra. Aquí los adultos se sienten realizados a través del cariño a sus hijos, lo que conlleva que proyectan su vida en otra ajena, y esto asfixia a cualquiera. Allí se tiene un respeto absoluto por la vida de los hijos, lo que crea un agradecimiento eterno por parte de estos. Aquí mueren a manos de su marido un montón de mujeres. Allí los matrimonios separados son un ejemplo asombroso -para nosotros- de amistad. No sé, tal vez fuera de las grandes palabras políticas podamos ver las causas de que dos sociedades sean tan distintas. Y del afecto en las relaciones familiares ni hablo, mejor lo dejo para otro día.
Un abrazo muy fuerte.
Llego tarde y primero lo primero:
A estilo de solar santiaguero, chancleta de palo, corneta china y una buena conga que arrolle con lo malo, de esquina a esquina del planeta(que eso lo permite la red) algazara y júbilo por el regreso, que son muchas los animales que escasean y raros aquellos que puedan servir de fondo para la reflexión...
Joselu gracias por tus elogios, como otras veces Francisco idealiza un poco su imagen de nosotros, inútil no admitir que alimenta mi vanidad de cubana. Aquí también hay de todo lo bueno y malo que hay en el planeta, hay cubanos que no padecen carencias, aunque a la mayoría al menos alguna vez nos alcancen, la simplicidad de una vida en la que es difícil incluir la ostentación puede mantenerte alejado de algunas cosas, sin embargo justamente por estos días un diario cubano dedica una serie al tema de la ostentación, el uso de prendas, las maneras de vestir, las conductas propiamente ostentosas, esas que los cubanos llamamos "contar dinero delante de los pobres", así que no estamos exentos de estos males.
Si no conoces a ningún cubano que se haya hecho cirugías estéticas más que las de grasa, puedo presentarte a varios (as), encabeza la lista mi madre, (en estos casos es así y no mamá), quitó arrugas de sus párpados , estiro la piel y las escondió detrás de sus orejas y pudo engañar al espejo pero no a ella ni a nosotros, admirada por su alegría y jovialidad, creo que después de eso es que realmente envejeció y aunque no llega a los 60 años está quejosa de sí y de la vida, dejar de reír, ha ensombrecido más sus cara que cinco décadas y no debería, porque es una excelente profesional, con sus padres vivos, dos hijas que no seremos dechados de perfección pero tampoco clasificamos en la lista negra, tres nietos: lindos, sanos, pero sencillamente creyó que iba a envejecer a su manera y no ha sido así, perdió el ritmo para acomodarse a nuevos cambios y sólo quedan en ella atisbos de la mujer que fue, y sabemos que sigue estando ahí, pero no es capaz de encontrarla ni verla cuando otros la enseñan…Esto te da la razón en cuanto a que no se necesita ser bello cuando se sabe que se es bello, buscar confirmaciones puede ser un entuerto…
Conozco a muchos más, que este servicio sea gratuito es una verdadera tentación. Pero creo que se usa menos por un problema de cultura, tradición y hasta desconocimiento que por otras causas.
Los cubanos tenemos la libertad de no haber sido colonizadores, pero costó sacudirnos el hábito de ser colonizados que desde 1492 hasta 1959 hay un trecho grande, la euforia nos dura y espero que dure más aún, como he dicho en otras ocasiones reconozco las dificultades y limitaciones de mi país, pero me molestan más todavía los que quieren proponerme recetas por demás probadamente ineficaces.
Peor aquellos que se creen la historia de una isla habitada por reprimidos, a los que el simple acto de pensar o disentir les puede parecer una “divina provocación”, la inteligencia, la capacidad de reír, de divertirnos , la sensualidad se consideran atributos nacionales unos aceptados mundialmente, otros escamoteados, como siempre hay que preguntar qué cosa es la libertad, de cuál se habla, ¿no hay normas pre establecidas para familias, sociedades, grupos en cualquier parte? ¿Cuál es el ensañamiento con las cubanas?
Tenemos corruptos, mentirosos, ladrones, asesinos… y como en otras partes algunos se desenmascaran y van a las cárceles otros siguen su vida y no encuentran coto, ¿qué puede hacernos diferentes? No se lavan trapos sucios para satisfacción de uno y escarnio de otros, como periodista realmente no quiero verme acosando a la ex de algún funcionario condenado, porque ella y su familia tienen derecho al anonimato y al respeto de su dolor o desengaño.
Podría escribir cuartillas y más cuartillas sobre los dobles raseros con los cuales nos miden sin mirar la paja dentro del propio ojo, quisiera creer Francisco que somos tal y como nos ves, lo deseo y tal vez lo seamos y sólo esté siendo demasiado rigurosa al juzgarnos, pero creo que entre las tareas que tenemos pendientes en revitalizar nuestra espiritualidad. ¡Ay Joselu que mis hijas lean por mí y no contra mí! Aprendo los videojuegos una para saber que se tiene entre manos y otra para estar tiempo juntas y establezco mis marcas y las desafío a superarme, espero alguna vez cambiar mis records por libros leídos,( si es macabra la idea la culpa es tuya se me ocurrió al leer el último post).
Espero que las “transformaciones” tan cacareadas sean la continuidad de las que ya hacemos, empezaron mucho antes de que algunos las percibieran, pero lo que no sale en grandes titulares y vocablos acusatorios no tiene el mérito de la renovación.
Parece que definitivamente no somos un pueblo vengativo en enero de 1959 este pueblo tenía más de una razón para linchar a los que fueron el brazo armado del gobierno de Batista y no hubo sangre por estos desmanes, tampoco somos cuerdos o comedidos, no somos ni una punta de la cuerda pura e inmaculada, ni tampoco la otra caída en un chiquero.
Como otros tantos tenemos el derecho a vivir y hacerlo a nuestra manera, menos ojeriza internacional nos vendría bien, la gente va a Grecia a ver el Partenón, viene a Cuba a ver a los cubanos ¿desde cuándo somos una atracción turística?¿No alcanzan La Habana, Viñales, Varadero, Trinidad, etc.? ¿No alcanzan miles de kilómetros de costa, sol y arena? ¿No basta con eventos culturales de alcance internacional en varias provincias del país? ¿No es suficiente ofrecer nuestra tierra y encantos para el visitante también tenemos que actuar y satisfacer las expectativas “turísticas poblacionales” de los vacacionistas del primer mundo?
Como en cualquier parte, hay buenas y malas personas, de acuerdo a la suerte, la manera de comportase y acercarse serán los vínculos que se establezcan, Francisco nos conociste más allá de la primera mirada, viste dónde otros ni imaginan hay luz, eso te cambia el prisma, que no deja de ser idealista, pero al menso no está prejuiciado por un tinte político de muy malas pulgas y peores referencias…
Y ya, que me extendí demasiado y aunque quiero no dispongo de tiempo, escribir esto, dejó ya algo por hacer…
Maykel no debe saber tu regreso veré si paso un aviso…
Un abrazo y feliz de saber que estás de vuelta…
PD: ¿me ayudas a encontrar un carpintero serio formal y eficiente? La Globalización es más que una teoría…
Sí, tuve una abuela cubana, y era el alma de las fiestas...
pero creo que en Cuba se cuece de todo y para eso solo hay que leer el comentario de Yolanda.
De España poco te puedo decir pues recién tengo poco más de 9 días en este pueblo de la Mancha, donde he encontrado gente linda y cariñosa y gente horrible también.
La primera persona que encontré en el pueblo resultó ser el pintor del mismo quién me mostró todo Alcalá y me llevó a almorzar a su casa y a ver sus cuadros... el me presentó con mucha más gente adorable. Pero ayer, que tenía que imprimir la invitación para la muestra del castillo, la mujer que supuestamente debía ayudarme tenía un genio y una actitud negativa que simplemente le dí las gracias y regresé más tarde y el verdadero encargado ya me ayudó en todo...
Algo que me ha dolido mucho es ver la cantidad de cazadores que cazan con galgos y el ver cómo tratan a esos maravillosos perros cuando ya están viejos y no pueden cazar...
Es interesante estar en un pueblo así de pequeño... pronto iré a Madrid, y quizás también a Barcelona...me ilusiona conocer a nuestros amigos blogueros :)))
Estimado Francisco:
La gratuidad de los servicios plásticos-quirúrgicos en Cuba era un dato desconocido para mí. Para plantear un escenario distinto, imaginé qué pasaría en Guatemala si el gobierno subsidiase las cirugías plásticas a mis conciudadanos y conciudadanas. Evidentemente, sería un caos. Y es que en mi pais, el ser guatemalteco es vivir mentalmente en otra parte, evadirse, tal como lo definió Dante Liano, un escritor nuestro que paradójicamente reside en Italia. No sé, pero me parece que los cubanos que habitan la isla tienen algo que los guatemaltecos no: viven en Cuba. Y aunque habrán muchas cosas que no logre entender del todo de ellos, esa presencia concreta en lugar y tiempo me parece envidiable. Sólo cuando uno se siente capaz de manejar la realidad a su antojo puede darse el lujo de no evadirse. Como la cirugía, por ejemplo. Que por cierto, a mí me parece de lo más triste. Pero, ahora no hay lugar para la tristeza. He vuelto a leerte y eso me conforta. Saludos y que todo te salga bien con la nueva casa.
Querida Yolanda: Para regalos, los tuyos, porque, con tu comentario, me has dejado sin palabras. ¡Qué belleza de prosa! Tu primer párrafo es sencillamente genial; parece mentira que lo que parece tan sencillo, en definitiva colocar en un orden determinado treinta palabras, requiera de tanto talento y tanta formación. Es así. Gracias.
Idealizo, sí. ¿Cómo no idealizar lo que te enamora frente a lo que te ofende y te castiga? Pero, aunque sea seguir idealizando, no puedo dejar de decir sinceramente lo que pienso. Y es que, lo primero, creo que me he tratado con lo bueno, sí, pero también con lo peor de Cuba, cosa que ni se me ha ocurrido nunca hacer aquí, porque sin duda me habría costado la vida. Y tengo la duda razonable de si lo peor de Cuba no será mejor que, no diré lo mejor de aquí, pero sí digo que mejor que lo corriente de aquí, que carece, sin saberlo, de todo valor real, porque sus valores son prestados, palabras que no tienen reflejo en el corazón y que encubren un egoísmo insolidario absoluto, mezquino y disfrazado, que Odette tal vez está empezando a contemplar. Un grupo de compañeros míos, arquitectos, formuló hace poco la propuesta de intentar evitar que se consoliden nuevas escuelas de arquitectura, con el argumento de que ya somos muchos. Eso, vamos a intentar que al día siguiente de que obtengamos el título, se dinamite la escuela y se prohíba que nadie estudie más. Olé, como se dice en España.
En Cuba habrá tal vez alguien que guste de "contar dinero delante de los pobres"; tal vez, aunque una de las referencias que siempre me ha hecho gracia -y admiración por su inteligencia libre unida a la repulsa- ha sido ver que los tradicionales "macetas" cuidaban muy mucho, en La Habana, de ocultar sus confortables viviendas dentro de una fachada común, que no llamara la atención, en un barrio secundario y corriente. Y a pesar de eso, solían caer en la siguiente "operación maceta"; no como aquí. Aquí, se instalan inmediatamente en Miramar, y a disfrutar de la vida y de la envidia ajena para siempre. Por otra parte, dime qué turista hay en Cuba que no se dedique a "contar dinero delante de los pobres". Es por eso por lo que siempre he criticado para mí a tantos turistas que vuelven aquí contando lo mucho que ayudaron a sus "pobrecitos" amigos cubanos. Claro, ayudaron con el uno por millón de sus gastos de viaje, esperando un agradecimiento eterno, además de sentirse muy bien al mirarse al espejo.
Y tengo que insistir en el tema de la libertad; ahí no puedo creer que idealizo. Es que aquí ni se sospecha de qué se trata eso de la libertad. Aquí se cree que la libertad consiste en poder elegir entre comprar coca-cola o pepsi-cola. Ser capaz de decidir entre comprar o no, más aún, ser capaz de comprender qué significa comprar o no comprar, les parece que no tiene nada que ver con la libertad. Y el más miserable trabajador explotado no tiene conciencia de nada de esto, sino que piensa que es muy bueno que estén en venta Islas privadas, junto con los yates de treinta metros necesarios para acceder a ellas, y que todo eso es el paradigma de la verdadera libertad. La libertad frente a uno mismo, o la esclavitud frente a nuestros propios deseos condicionados no significan nada aquí. Sin idealismo -creo yo- me parece que en cuestión de libertad de pensamiento, los cubanos están en el Everest y nosotros en la fosa de Las Malvinas.
Un abrazo y gracias, Yolanda. ¡Gracias!
Querida Odette: Creo que te encantará Madrid; Barcelona no la conozco tan bien. Dale recuerdos míos al "Noli me tangere" del Prado, que espero te gustará.
Si puedes, visita también el Museo de arte abstracto de Cuenca. Cuenca es una ciudad de pintores, con un paisaje muy dramático, que inspira bastante.
Ya nos contarás tus conclusiones.
¡Un abrazo!
Querido Julio Roberto: Ese tema de la cirugía plástica está en España que da risa. La televisión llena de anuncios, junto con los buzones de las casas, queriendo convencerte de lo mal que estás y de lo feliz que serás si les pagas. Convencen a la gente de que si no tiene los dientes de igual tamaño y a distancias estrictamente iguales su vida será un desastre. Ya te digo que es de risa, si no fuera porque cada vez más conocidos se han operado de algo, gastándose en eso lo que podrían haber destinado a otras cosas más interesantes.
En cuanto a mi casa, todavía no se termina; yo, optimista, siempre pienso que falta un mes, pero ahora estoy pagando lo que me divertí cuando decídí demolerlo casi todo. Por ahora tengo la esperanza -que mi mujer no comparte- de volver para fin de año.
Gracias por la bienvenida, que me ha alegrado el día.
Un abrazo
Me corresponde hablar ahora, Animal de Fondo. Al aviso de Yolanda he pasado un par de veces, he leído y releído; sólo ahora me siento capaz de hablar sobre Cuba. Despues de meditarlo bien, porque Cuba para mí no es una referencia, una abstracción sintética y manipulable con guantes, Cuba es el sitio desde donde miro, el catalejo que uso para asomarme, pero es además la propia mirada. Espero se entienda cuánto me cuesta portarme imparcial...
El concepto contemporáneo de Cuba ha de examinarse como antítesis. Hemos llegado a esto por causa de lo que fuimos, de lo que ya no quisimos seguir siendo. Había que darle sentido al caos, finalidad al destino de la isla hembra siempre obligada a reproducir, a consentir la primacía de otros mundos. Pero misteriosamente -lo que no sucedió a otros- hace mucho empezamos a tener conciencia de la necesidad de despertar. Así lo vio María Zambrano, a quien una vez ya hicimos hablar aquí.
Cariátides mencionaba la ingeniosa capacidad de multiplicar sentidos por parte de los cubanos, el choteo, que según los que hurgaron en la psicología nacional durante la República era el rasgo más acusado de la nacionalidad. El choteo, hacer broma de lo serio, simplificar para que no duela lo grave, para que las circunstancias no afecten. Cosa de niños. Paradójicamente, el país del choteo, la isla de la rumba, la misma de las postales coloniales y el Morro de La Habana -"para vanas y locas" en el verso de Quevedo- empezó a construirse desde temprano, a la sombra, algo como un cuerpo nuevo, que no era más que un nuevo sentido para asumir lo pasado: un proyecto nuevo. Ahí está uno de los secretos de Cuba: en el proyecto. Cuba tiene un proyecto, un mapa para lo que todavía no existe, para lo que aspira... Ese es el rasero por dónde medimos a Cuba, por lo que no ha alcanzado del futuro que le proyectamos.
Como al construir una casa, arquitecto, antes hay que ponerla en planos. Al principio la gente no lo hizo tan bien y construyó al albedrío. En parte por tratarse de una isla joven, tuvimos más oportunidad de demoler lo inservible y rehacer todo el edificio. Espero que la comparación sirva, ahora que Francisco recompone la casa a su gusto. Las naciones deberían hacer lo mismo de tiempo en tiempo, para no figurar como bloques inertes a merced del azar que tambien configura la Historia.
Es en primer lugar el proyecto lo que salva a Cuba. Lo segundo, la voluntad de no contaminarlo un ápice. Lo tercero, las dimensiones sobrehumanas de ese proyecto, que son quimera para el universo entero, pero quimera alcanzable según se intenta probar en "el experimento" de esta Isla.
¿Qué proyectos tiene hoy mismo el mundo?
La FAO quiere erradicar el hambre, pero no lo consigue sola; la UNESCO, sabe que basta un esfuerzo pequeño para que no haya analfabetos pero los hay todavía por millones; la ONU se opone a la guerra y siguen declarándose conflictos en el avispero del mundo. Abundan las verdades parciales, las discusiones, el ocuparse de pequeños asuntos; falta el verdadero proyecto para instaurar la hospitalidad en esta casa.
Cuba ha querido resolverlo en su reducida propiedad, y tiene que pagar encima, por las ideas propias y porque los demás no tengan ninguna idea siquiera para empezar.
Ortega vio a España invertebrada, y España se quiere vertebrar algunas veces. Al final les dejan otra vez un rey, termina el proyecto de Franco, y no hay proyecto nuevo para España.
Espero que este análisis preliminar no te parezca ingenuo, Francisco. Tengo mucho qué decir y sobran ejemplos, pero ahora mismo ya me extiendo y nos vamos muy lejos, hasta...
Por ahora, hasta aquí. Para respuesta de lo que reflexionas al principio -vanidades del cuerpo, cirugías para recomponer el alma, etc.- te dejo con Martí. Le decía él a María Mantilla:
"Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente la belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz. Procurará mostrarse alegre, y agradable a los ojos, porque es deber humano causar placer en vez de pena, y quien conoce la belleza la respeta y cuida en los demás y en sí. Pero no pondrá en un jarrón de China un jazmín: pondrá el jazmín, solo y ligero, en un cristal de agua clara. Ésa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor."
Bienvenido, Animal de Fondo!
¡Cómo me va a parecer ingenuo el análisis, Maykel! No me canso de repetirlo: lo que parece fácil es lo más arduo, según aprendí de Azorín. El análisis, que parece tan sencillo, arroja la luz sobre lo esencial, eso que llevamos tanto tiempo buscando sin que hayamos podido concretarlo. Hay que saber mucho para poder explicar, en dos rasgos, como tú lo has hecho, parte de la esencia de Cuba. El proyecto, tal como existe, es deslumbrador; es, de veras, el único proyecto para la humanidad. No hay otro. La voluntad de no contaminarlo es evidente; las dimensiones sobrehumanas, parecen sobrehumanas, pero están escritas en el Partenón, del que creo que prometí hablar un día y no lo he hecho aún.
Una de las palabras a las que se recurre de un modo que suele dolerme es la palabra utopía, que significa, según aprendí, "No hay tal lugar". Y me duele porque muchas personas bienintencionadas permiten que se anule su pensamiento con esa palabra. Si intentar desarrollar una humanidad medio digna de ese nombre fuera una utopía no habría tal lugar. Y sí lo hay; hay tal lugar; es Cuba. Y no es solamente un plano para el futuro, porque tal vez por la cercanía a veces no os dais cuenta de lo muchísimo, de lo inmenso que tenéis recorrido. Por ejemplo, para conseguir esa libertad interior de la mayoría de los cubanos, esa visión clara de la realidad, ¿cuántos siglos nos harían falta a los demás? En Cuba no todo el mundo es un héroe, pero hay héroes, hay muchos, yo he conocido a bastantes. Si te descuidas, tal vez haya uno, o dos, o una docena por cuadra, no lo sé. ¿Eso no es nada? Aquí no hay ninguno. He oído decir que cuando volvieron los cuerpos de los caídos en Angola, pueblos enteros honraban a los muertos y a sus familias. Eso era lo que hacían los griegos, Maykel, aquéllos griegos más desarrollados que nosotros en multitud de facetas. Aquéllos que sabían lo que correspondía a lo común y a lo individual, y sabían poner en su justo término la valoración de esos dos ámbitos de los seres humanos. ¿Cuántos siglos necesitaremos los demás para hacer lo que vosotros, dando a otros países salud y educación sin pedir nada a cambio, solamente por el bien de la humanidad? ¿Cuántos siglos necesitaremos para formar brigadas internacionalistas como las vuestras? Si la humanidad tuviera un poco de la lucidez que esperamos alcanzar un día, en todas las casas del mundo habría una luz iluminando los nombres de esas brigadas. Pero los demás países lo que envían son escuadrones con armas que hieren de muerte a otros seres humanos. Y en ningún pueblo desfila la gente cuando vuelve un cadáver, porque todo el mundo sabe que esos grupos salieron en busca del interés material de los gobiernos que los envían; nadie cree que salieron con el ánimo simple de ayudar a otros seres humanos. Cuando se discute si salen contingentes fuera, las únicas palabras que cuentan son "Nos conviene"; "No nos conviene". Nunca he oído decir: "Nos necesitan". "No nos necesitan".
Para terminar, Maykel: Qué prosa más bella la de Martí; se parece a Gracián en la estructura cortante de la frase, cuando Gracián da lo mejor de sí. Y qué belleza también el contenido, que expresa, muchísimo mejor que yo, lo que quise decir.
Un abrazo, Maykel; sigue alumbrando.
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