lunes, 11 de mayo de 2009

¿POR QUÉ LOS HOMBRES COMPASIVOS PARECEN DESPIADADOS A LOS DESPIADADOS QUE PARECEN COMPASIVOS?


A los 79487 colaboradores cubanos que han brindado su ayuda, distribuidos en 97 países que por continentes se agrupan de la siguiente forma:
  • África: 34 países con 32074 colaboradores.
  • América: 37 países con 39 334 colaboradores.
  • Europa: 9 países con 277 colaboradores.
Fuente: Médicos cubanos en el extranjero (1)


A quien me lea transcurrido algún tiempo desde la fecha de este escrito seguramente le parecerá ficción lo que voy a contar: en los primeros años del siglo XXI había grandes corporaciones que conseguían sumas considerables de dinero aparentando ser sensibles a la desgracia ajena. Buscaban un problema personal capaz de conmover a las masas. Organizaban un espectacular remedio. Para aplicarlo, exigían a la persona que sufría dichos males que permitiera que se filmara todo el proceso; más aún, que permitiera a la gran corporación alquilar posteriormente la filmación para que fuera emitida por medios de comunicación de masas. Con una pequeña inversión material, se ganaba una cantidad muy superior y, además, se proyectaba sobre la imagen de las corporaciones intervinientes una imagen pública de "corporación compasiva".
No solamente lo hacían las grandes empresas. Bueno, en cuanto al desproporcionado beneficio material, tal vez sí. Pero en cuanto al beneficio "moral" o de imagen pública, esta práctica de intentar sacar beneficio del dolor ajeno estaba extendida en casi todos los ámbitos de la sociedad.
Ante este espectáculo, los hombres compasivos se irritaban a veces. Otras veces, los mismos hombres verdaderamente compasivos se enfurecían, al modo de Jesús en el templo. Mientras se reconstruía la casa de una familia pobre, con grandes medios, y se emitía por televisión, con primeros planos de lágrimas y agradecimientos, la música de las esferas de la muerte por hambre, por pobreza, por enfermedad desatendida, por desnutrición, por falta de abrigo, la música de las esferas, digo, seguía marcando el pulso de la muerte al ritmo de su prestísimo metrónomo. Ni un solo minuto faltaba a su cita atroz.
Mientras tanto, los despiadados autores de la compasión filmada acusaban de crueldad a los hombres compasivos; a uno de ellos. A uno que, como todos los hombres compasivos, sentía en sí el dolor de la humanidad. Y para remediarlo, formaba brigadas de médicos para enviarlos a los confines del mundo; gratuitamente y sin más motivo, sin propaganda. Aplacar el dolor ajeno que los hombres que compadecen a otros sienten como propio. Ese uno mandaba, con el encargo de alfabetizar, a miles de maestros a los extremos del mundo también, también en silencio.
Uno de estos hombres, el que enriquecía a la humanidad desde la escasez propia, desde la "pobreza irradiante" propia, se llamaba Fidel.
Ocurría en los comienzos del siglo XXI.
(1) No puedo alterar la estadística, ya que no tengo la fuente. Pero es evidente que las brigadas humanitarias de Cuba también han ido a los pueblos de Asia.

3 comentarios:

Joselu dijo...

Animal de fondo, es cierto que los médicos cubanos han formado parte de importantes misiones humanitarias, como dices, en los continentes más necesitados. Cuba exporta médicos, deportistas, profesores... Tienes razón, pero no coincido en el fondo que se deriva del post que es en definitiva una justificación de Fidel Castro. Un sistema político sin alternancia de poder en casi cincuenta años no lo aceptaríamos en ningún caso y no aprobaríamos el franquismo a pesar de que Franco creó la Seguridad Social e hizo la revolución de las clases medias entre otras cosas positivas. No es bueno para un país, y el futuro no es difícil de prever cuando desaparezca Fidel. Caerá todo como cayó el muro de Berlín. Un cordial saludo.

Animal de Fondo dijo...

No quiero polemizar y mucho menos aferrarme a una opinión, pero he querido expresar que no podemos juzgar los hechos por sus apariencias. En nuestros sistemas, la apariencia está controlada férreamente. Todo debe parecer democrático, altruista, desinteresado. Pero los medios de comunicación están controlados, los proveedores de servicios también, el acceso al poder político y económico también; el acceso a la cultura no digamos, como muy bien has mostrado tú.
Hace tiempo que me acostumbré a oponer los hechos a las palabras. No soy capaz de distinguir entre unos seres humanos y otros, no creo que las fronteras sean reales. Mantener centros de confinamiento para personas cuyo único delito ha sido no nacer en nuestra calle, impedir la entrada libre en los países, poner la plusvalía obtenida del trabajo de los otros en la más alta cumbre de la escala de valores podrá ser mostrado como "hechos democráticos" por los medios de comunicación, pero no me lo parecen. Devolver la vista a los ciegos, como hace Cuba, no a un ciego sino a miles, todos ellos sin recursos, será poco democrático a nuestros ojos y seguramente se entrará en quirófano sin una votación previa, pero me gusta.
La verdad es que estoy un poco desanimado por tu última entrada, en parte porque mi hija mayor es fan de la Hanna Montana que citas. Tal vez, seguramente, será una defensiva justificación para mí, pero no sé hasta qué punto, sin un esfuerzo sobrehumano, he sido libre o no de evitarlo.
Un abrazo y ¡Gracias!

Joselu dijo...

Mis hijas también lo son, y en especial la mayor de doce años. Canal Disney ha penetrado fuertemente en la cosmovisión de los preadolescentes con una fuerza sorprendente. Hubo un poeta catalán, Joan Brossa, que sostenía que Disney era la muerte de la imaginació. No quiero ni pensar lo que opinaría ahora sobre el citado canal. Sus películas -las que dirigió en vida- casi son ahora de culto comparado con lo que representa este canal. Pero tampoco pienso que se pueda o deba reprimir. Es contraproducente. Pero al menos en mi blog podré decir lo que pienso del mismo. Gracias por tus palabras. Un abrazo y por esa Cuba profunda que tanto amas.