lunes, 1 de noviembre de 2010

LA BATALLA DE LAS FOTOGRAFÍAS


Dentro de lo que Fidel llamó la batalla de las ideas, hay un apartado que me parece no menos crucial: las fotografías; la parte gráfica que describe nuestra realidad.
Hay innumerables fotógrafos que viajan a Cuba. Buscan y exhiben solamente las partes que pudieran parecernos más sórdidas de la vida de allí. Un anciano se sienta a descansar a la sombra y se queda medio adormilado; se le captura en la imagen como si fuera un mendigo. Desconchones, refrigeradores vacíos, salas alumbradas por la luz de una vela; actitudes procaces, vejez, desamparo. He visto exposiciones enteras de fotógrafos técnicamente brillantes describiendo una Cuba con una realidad escogida y seleccionada en sus aspectos más negativos. Esa misma selección y sus motivos hacen que esa Cuba no sea verdadera.

No pretendo pasarme al otro lado de la mentira; es decir, no pretendo decir que debemos mostrar una Cuba idílica donde los únicos dientes que se vean sean los colmillos de oro; colmillos que descienden quizá de la vieja costumbre de los "negros curros" de afilarse en punta los incisivos al modo de los animales feroces; no. Pero sí pretendo insinuar que tal vez podríamos hacer un esfuerzo para reflejar la realidad tal como es, con sus miserias y sus hazañas gloriosas de cada día. Hazañas sencillas que en Cuba se ven como naturales por sabidas, pero que en Europa son inimaginables porque no existen.

9 comentarios:

Joselu dijo...

¿Estas dos fotografías son tuyas? ¿Has vuelto a Cuba? La selección de imágenes forma parte de cualquier viaje que uno emprenda, más si uno viaja a países alejados del esplendor occidental. Yo no he estado en Cuba,pero sí en Indonesia, Birmania, Thailandia, Malasia... y nunca se me hubiera ocurrido fotografiar las miserias de la gente.Me hubiera dado vergüenza. Vi mucha pobreza pero también dignidad. Si acaso, fotografié los aspectos que me resultaron más hermosos y humanos que revelaran el alma profunda de estos países.

No sé si algunos que van a Cuba se dedican a tomar instantáneas de la pobreza. Pienso que habrá de todo, lo que en el caso de Cuba a ti te afecta especialmente porque forma parte de tus mitos personales.

Se criticó acremente a Luis Buñuel su reportaje sobre Las Hurdes. Tierra sin pan se llamaba. Supongo que lo habrás visto. Destacaba los aspectos más sombríos y desoladores de aquella tierra. Ello no impide que sea hoy día un filme que revela poéticamente la oscuridad de aquellos días, en imágenes que rozan lo escabroso. Parece que los habitantes de Las Hurdes no se lo han perdonado. Todavía los que pensamos en esa comarca, tenemos en la retina las imágenes de Buñuel. Pero aquello era un documento poético. Quisiera pensar que los que fotografían Cuba pretendan también reflejar la poética de la isla con todos sus matices.

Un abrazo.

Animal de Fondo dijo...

Las fotos las hice yo, Joselu, pero son de los viejos tiempos, cuando estaba soltero; no he vuelto a Cuba. Sale muy caro pagar los billetes de avión para cinco, así que la única que viaja cada cierto tiempo -demasiado- para ver a sus padres es mi mujer. Por cierto, ahora queríamos que fuera y no puede porque hay que pedir la renovación del permiso de residencia en España un mes antes de que caduque, pero la renovación en sí tarda "entre dos y cuatro meses" y cada vez hay que comenzar de cero, empezando por demostrar de nuevo que estamos casados, para lo que no sirve ni el libro de familia; nosotros llevamos ya casi tres meses esperando, con un marido español, con doce años de residencia en España, con tres hijos españoles de origen, nacidos aquí... todo por no querer cambiar su nacionalidad cubana, de la que estamos orgullosos todos y hacerse española, que lo tendría muy fácil (los cubanos dicen que "p'atrás ni para tomar impulso" ;)). Sus padres tampoco pueden viajar aquí, porque España, no Cuba, nos pone unas condiciones leoninas. Es curioso, pero en la etapa Aznar su padre sí pudo venir sin problemas, pero desde que gobiernan los "amigos" de Cuba, es prácticamente imposible.
Volviendo al tema, lo problemático es que es muy fácil obtener imágenes en Cuba que aquí -no allí- resulten impactantes, aparte otras consideraciones ideológicas, que influyen y mucho. Yo he visto exposiciones de "buenos" fotógrafos, en blanco y negro, con papel baritado -cada copia vale una pequeña fortuna- hechas con una intención horrenda, ya que reflejan casi con más fidelidad la prisión de Guantánamo que la propia Cuba. Pero la imagen de Cuba está tan distorsionada que parece creíble. Hace poco, cenando con unos amigos se empeñaron -sin haber ido nunca a Cuba- en explicarle a mi mujer cómo se vivía realmente allí. Y cuando ella decía que no era así, que no era verdad, que ella nunca pasó hambre, por ejemplo, estaban tan convencidos de las patrañas que insistían e insistían. La trama de información tergiversada y superficial es tan amplia y tan firme que la gente está convencida de que conoce la realidad sin haberla visto siquiera...
No he visto tierra sin pan, así que aprovecharé tu comentario para buscarla. Tengo un déficit de cine impresionante.
Y no, Joselu, por desgracia no se intenta siempre reflejar la poética de la isla. Un muro medio derruído es más pintoresco que un uniforme planchado.
Lo que me da pena con respecto a las fotos que tenía antiguas de Cuba es que las quemé, junto con todas las fotos, cartas y diarios de toda mi vida un poco antes de casarme, con la idea feliz de hacer borrón y cuenta nueva. Radical y "atontao" que es uno, porque podía haber seleccionado; estas de hoy sobrevivieron por estar los negativos extraviados y no en el cajón que les correspondía. Si no, los hubiera quemado también.
Un abrazo.

Javier dijo...

Hoy es Cuba, mañana puede ser el País Vasco. No importa el lugar sino las gentes que allí viven. Desconocemos casi todo de todas las cosas, pero nos ufanamos en tratar de explicarlas como si realmente supiéramos de qué se habla.

No he estado en Cuba, pero sí en los Estados Unidos. Y aun así, poco podría decir de la forma de vida allí, ni siquiera respecto a los lugares donde viví. También estuve en el País Vasco, bastante tiempo, pero, ¿lo conozco de verdad? ¿O sólo sé lo que he visto? Hablamos y hablamos... y existen tantas realidades como personas las viven.

La realidad objetiva de cada país, de cada lugar, ésa que los medios "colocan" como una mercancía, está tan alejada de la verdad como la que cualquiera de nosotros pueda describir por sus vivencias personales. Conozco a personas que "pasaron" la Guerra Civil y no saben de ella más que lo que pasó en su pueblo o zona del frente. No es que esto pueda hacerse extensivo a todo el mundo ni a todos los lugares, pero es, acaso, significativo de nuestro verdadero conocimiento de la realidad.

Un abrazo, y disculpa por tan farragoso comentario.

Animal de Fondo dijo...

Javier, del País Vasco sí que tengo algunas fotos, porque ya las he hecho una vez casado :)). Me encanta, aunque no lo conozca demasiado. Tal vez trato de mirar ciertas cosas con amor y las idealizo, no lo sé.
Tampoco sé si las intenciones cuentan a la hora de describir lo que uno ha visto. Pero me parece que las intenciones de los medios de comunicación están generalmente estimuladas por su servilismo hacia quien les recompensa materialmente. Así que los testimonios verdaderamente directos me suscitan más interés y suelo considerarlos más sinceros.
Espero que te guste la foto de este verano en Saint Jean Pied de Port.

Yolanda Molina Pérez dijo...

En Cuba hay para escoger, tanto para un ejército como para el otro, todo depende del ojo, que mira y ve?...
Pobreza, belleza, dolor, alegría, absurdo, hilaridad ¿qué es el equilibrio? ¿no es un poco a cada lado de la balanza?
La mesura no es algo que nos distingue, quizás por eso nos miden siempre con el rasero de los extremos.
Un abrazo.

Animal de Fondo dijo...

Yolanda, cuando estaba escribiendo esta entrada me acordé de las fotos de tus hijas al comienzo de curso. Esa belleza que tú reflejas tan bien en sus miradas es la que me gustaría ver. No toda Cuba es así, pero tampoco es al contrario. Te contaré algo que me impactó una vez en una de esas exposiciones en España. Era una escuelita en el campo, bien sencilla. Habían salido todos los niños, formados, con esa carita que se les ponía antes -me imagino que eso ha desaparecido ya- a ellos y también a la maestra cuando surgía la oportunidad de retratarse. Creo que darían por supuesto que la foto se hacía para enviársela después, porque la ilusión en sus rostros así lo reflejaba. Pues bien, en el contexto de la exposición esa imagen mostraba más bien cierta pobreza y escasez en la escuela, cierto aire rústico y antiguo. Me dieron ganas de llorar al verlo; pasé mucho tiempo contemplando las caras de los niños, uno por uno. Es que era muy distinto juzgar la foto conociendo Cuba que juzgarla solamente por el contexto, donde se convertía en una imagen más de atraso y de burla.
No sé si he conseguido explicarme un poco, seguramente no, pero contra esa actitud y esa desinformación es contra la que me gustaría luchar.
Y también creo que haría falta, dentro de Cuba, exponer todo tipo de imágenes del exterior. Tal vez yo idealice a Cuba a veces, pero no me cabe duda de que muchos cubanos idealizan también lo de fuera.
Un abrazo.

Yolanda Molina Pérez dijo...

Francisco, anoche cuando escribí el comentario, justamente recordé una idea para un trabajo a partir de una niña que vi desde la carretera, con su uniforme rojo de primaria, caminando entre las guardarrayas de dos inmensos campos de caña, sola, al mediodía, bajo la inclemencia del sol tropical, y como madre la veía devorar los metros y convertirse en un punto diminuto y no dejaba de pensar en el largo camino que hacía a diario, su cansancio, el esfuerzo, tal vez hasta el miedo y mi esposo que es un ser muy optimista y estaba conmigo me dijo y por qué no piensas que aunque vive tan lejos puede ir a la escuela, que aunque es tan solitario puede hacer el camino sin compañía, que a lo mejor en todo ese trayecto va inventando sus propias historias, jugando a alcanzar las metas en que divide el camino...
Y los dos estamos aquí, y aún así vimos cosas diferentes, él vio más y mejor que yo, a pesar de sus perennes lentes, no por manida dej ade ser una verdad inmensa la frase del principito.
Los cubanos necesitamos ver más y sobre todo sentirnos menos mirados, Cuba no es un paraíso siempre lo digo, pero nuestras manchas tienen una "oscuridad" sobrecogedora.
Esperemos que prnto te tomes un desquite fotográfico y muestres un poco de la otra cara.
Un abrazo.

Animal de Fondo dijo...

Yolanda, está genial esa idea de partir del esfuerzo de la niña; comparto la visión de tu esposo. Si aplico la piedra de toque de Epicteto, de preguntar si saliste mejor o peor de lo que eras antes de un acontecimiento, seguramente la niña saldrá mejor y será un bien lo que le ocurre. Me has recordado lo que copié en la entrada que dediqué, hace mucho, a Lizt Alfonso. Decía ella: "No me importaba levantarme a las cinco de la mañana, desayunar por el camino. Además, toda la familia se involucró para que yo saliera adelante. Mi abuelo marcaba en la cola de la guagua todos los días a las cuatro de la mañana, luego mi abuela me llevaba la mayor parte de las veces, pues mi mamá trabajaba. En la escuela de ballet estaba hasta casi la noche, y después se repetía todo a la inversa. Fue un gran sacrificio." Esas son las hazañas a que me refería, eso es lo que me gustaría fotografiar.
Y sí, lo esencial es invisible a los ojos, Yolanda. Ojalá llegue ese desquite fotográfico, pero me parece que va a tardar ;)
Un abrazo.

Maykel dijo...

Tienes razón. He tratado de hacer mis fotos con la misma perspectiva que defiendes. Te invito a ver las últimas.

Un abrazo.